Listas, listas

El inicio de la legislatura no lo marca la gobernación de la Comunidad, sino la confección de las listas para unas generales, donde perderá medio centenar de escaños el PP y unos diez el PSOE, según las encuestas. De otra manera, los emergentes pueden sacar diputados en León, Valladolid, Burgos, Ávila y Salamanca en detrimento de los clásicos. Los líos han comenzado entre los socialistas (Valladolid, Zamora, León): todos quieren los primeros puestos y, por ejemplo, no se explica la presencia de número uno por Valladolid de Rodríguez, la presidenta virtual del partido que solo coge el AVE cuando hay reuniones que le afectan, en detrimento de Bedera, el parlamentario más activo, hoy número cuatro de la lista. Tirón tiene Vadillo, que ha maniobrado, pero Soraya, ninguno.

Idénticos problemas en el PP ¿qué hacer con los cuneros Tejerina, Maillo, el ínclito Cortés que lo intentará, y si apuran Jorge Fernández que nació en Valladolid y lo tiene difícil en Barcelona, y otros altos cargos? ¿cómo retractarse de las promesas a los que fueron removidos en las autonómicas y municipales con la promesa de acomodo en las generales (Villanueva no está entre estos, por decisión propia)? ¿cómo hacer realidad las palabras de Santiago-Juárez de apartar a los políticos profesionales? ¿cómo ilusionar al electorado con caras nuevas, cuando no hay banquillo porque la hegemonía del PP lo ha quemado? ¿con el autobús lleno caben independientes capaces de remover a un electorado? Difícil, porque los partidos tradicionales se debaten entre ilusionar a la sociedad que hipotéticamente les puede votar o a los cuadros que se arremangan con las elecciones o decaen en’ apoyo si en las listas no van los suyos, y les hacen la ola.