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Triana culpa a su «mamá» de la marihuana hallada en su casa
Las principales acusadas del crimen de Isabel Carrasco se enfrentan a su primer juicio tras el asesinato de la popular por la droga hallada en su casa en los registros policiales
Las principales acusadas del crimen de Isabel Carrasco regresaron ayer al Juzgado de León . En esta ocasión, lo que sentaba en el banquillo a Montserrat González y Triana Martínez era un delito bien diferente al que las mantiene en prisión desde mayo de 2014 y deriva del hallazgo durante el registro al domicilio de la hija (efectuado un día después del asesinato de la presidenta de la Diputación provincial y del PP de León) de 620,22 gramos de marihuana repartida en 7 bolsitas y cuyo precio en el mercado rondaría los 2.865 euros. «La marihuana era de mamá», se defendió ayer Triana durante la vista. Un argumento que también respaldó su madre, que reconoció consumir esta sustancia para tratar fuertes dolores de espalda que le impedían descansar. «Era mía, sólo mía» y «nunca la vendí», destacó descartando el argumento del Ministerio Fiscal, que estima que la cantidad encontrada excede el límite considerado para el autoconsumo, por lo que estaría «preordenada al tráfico», a su venta, en lo que cree que ambas participaban.
A las 10.00 horas Montserrat y Triana hacían su entrada por la puerta lateral del Juzgado de lo Penal número 1 de León . Durante la vista, que se prolongó durante apenas una hora, se mostraron tranquilas y participativas, respondiendo en todo momento a las preguntas tanto de la Fiscal como de la defensa. Triana aseguró conocer que su madre guardaba la droga en la habitación que utilizaba cuando la visitaba en su casa, aunque no la cantidad y cómo estaba distribuida. La consumía «desde hace cuatro o cinco años», coincidiendo con el período en el que pasaba más tiempo con ella en su vivienda, y lo hacía generalmente por la noche «cuando se sentía incómoda» y le costaba conciliar el sueño. Desde antes de las navidades de 2014 había dejado fumar «porque se encontraba mejor y caminábamos más», apuntó. Triana también reconoció que sabía que su madre tenía varias plantas de marihuana en el huerto de su abuela, en Carrizo , junto a las que se fotografiaron en varias ocasiones, así como que las había plantado «para probar» -y siguiendo el consejo de una amiga- hasta en dos ocasiones, aunque la primera cosecha «no sirvió y no recogió nada», matizó. Su exposición coincidió con la de su madre, que hizo hincapié en que su dolor de espalda se prolongaba desde hacía 20 años, aunque no empezó a paliarlo con marihuana hasta cuatro o cinco años atrás. Habitualmente era su amiga la que le suministraba la droga, pero en un momento determinado se «animó» a plantarla «para ahorrar».
Tras escuchar a madre e hija, la Fiscal subrayó que «existen pruebas plenas», y que implican a ambas, de que la marihuana que guardaban en casa estaba «preordenada al tráfico». Para afirmarlo se apoyó en las contradicciones respecto a este asunto recogidas en las diferentes declaraciones de las acusadas y también en el sistema de almacenaje: «en siete bolsitas con anotaciones y herméticamente cerradas». Además, destacó que las fotos de ambas posando con la marihuana en varias fases de crecimiento y secado «echan por tierra» tanto la versión de que se la dio una amiga como la exculpación a Triana y mantuvo para ellas la petición de dos años de prisión por un delito contra la seguridad de las personas.
La defensa insistió por su parte en que el delito no está probado y recordó que existen ejemplos de sentencias absolutorias en casos en los que la cantidad de droga requisada era mucho mayor. « No cabe más que la absolución», dijo en sus conclusiones ante el juez. El caso ya está visto para sentencia, Triana y Montserrat tienen aún por delante el juicio del crimen de Carrasco , en enero de 2016..
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