corazón de león
El AVE, por fin
Si esta noche no se termina el mundo, que todo es posible ante el escenario apocalíptico que algunos charlatanes tertulianos y no pocos aprendices de políticos han dibujado a cuento de unas elecciones en Cataluña, el AVE, ¡oh, el AVE!, se posará, al fin, en la estación de la capital leonesa. O sea, que si hay vida después del espectáculo pirotécnico que se supone tras el cierre de las urnas con los fuegos artificiales y artificiosos explotando sobre el cielo de Cataluña, los habitantes de la tranquila y pacífica Comunidad de Castilla y León volverán a levantarse con la misma perezosa ilusión de cada lunes para enfrentarse a la semana que empieza; una semana con tintes festivos pues a partir del martes el AVE ya no es sólo cosa de Valladolid, sino también de León.
Mucho se ha hecho de rogar este AVE cuyo primer aleteo tuvo lugar allá por los tiempos de José María Aznar en La Moncloa y Juan José Lucas en la Junta. No es la prehistoria, pero casi. Es principio de siglo y ya los políticos de turno esperanzaban a los ciudadanos leoneses con el tren que, por entonces, toda capital ansiaba, pues si había café para todos, aeropuertos para todos, puentes de Calatrava para todos, auditorios para todos y «aves» para todos, por qué León y Valladolid iban a ser menos que Sevilla o Barcelona. A Sevilla le llevó el AVE Felipe González, que para eso era de la tierra, mientras su gobierno dejaba en vía muerta y eterna, el ferrocarril del Oeste, el que unía Astorga con Plasencia. No era rentable, argumentaron, pues los viajeros de tercera nunca fueron rentables y lo que importaba entonces era el Sur.
«Ave Lucas», proclamaban los súbditos ante la promesa de su jefe comunitario. Pero, lo que es la política, tuvieron que pasar muchos años, hasta 2007, para que el AVE prometido por Aznar y Lucas llegase a Valladolid de la mano de Zapatero. El entonces presidente, el leonés rescatado de las aguas del Pisuerga, prometió (¡ay las promesas políticas!) que en 2008 la próxima estación sería León. Pues eso, que. así a lo bobo, han pasado cerca de tres lustros desde la primera piedra, o sea, la primera palabra de un político, hasta la definitiva, la que, ¡qué cosas! pondrá, Dios mediante, Mariano Rajoy el próximo martes. Leoneses hay que estos días cruzarán los dedos, pues a principios de años los políticos de ahora les habían anunciado la buena nueva para la primavera. Y ya ha entrado el otoño…
Llega el AVE, por fin, aunque tal vez lo haga tarde y su rentabilidad sea una incógnita. Al menos ha conseguido que los principales partidos políticos leoneses se hayan unido para recibirlo, que no es moco de pavo en estos tiempos que corren. También hubo gran alegría cuando el aeropuerto. Y ahí está. Que no decaiga la ilusión.