«Todo niño tiene derecho a tener un modelo de padre y de madre»

Myriam Cortés incide en poner los «derechos» del menor por encima de los del adulto

n. p./j. l. m.

-Si un profesor de la Universidad Pontificia le dice que quiere meterse en política, como el caso de José Sarrión, de Izquierda Unida, ¿qué le diría?

-Adelante. Que hace falta gente buena, con valores y formada en su profesión. Tendría todo mi apoyo. Me parece que las personas que se dedican a la política de corazón y con convicción tiene un mérito inmenso, yo sería incapaz, no podría ni aunque me lo pidiera el Papa, porque no me siento capaz de ser representante de los demás. No va conmigo, ni con mi carácter.

-Mucho se habla de la pérdida de valores en los últimos tiempos, ¿comparte esta opinión?

-Los valores están intactos, aunque la cultura del relativismo, la de que todo vale, de que nada importa, de que da igual blanco que negro o que un niño tenga dos padres o dos madres hace despistar un poco a los jóvenes de lo que va a llevar a la sociedad a la felicidad y al bienestar. Los valores existen y lo importante es que los que sabemos que existen y que los conocemos tenemos que dar ejemplo, no tanto predicarlos, sino vivirlos y que se vayan transmitiendo.

-Pero las situaciones familiares también influyen…

-Son muy difíciles. ¡Cuántas familias rotas hay! Creo que todo niño tiene derecho a tener un padre y una madre porque no aportan lo mismo uno y otro. Cada persona puede tener las relaciones que considere oportunas, pero todo niño tiene derecho a tener un modelo de padre y un modelo de madre, a recibir la sensibilidad de uno y otro, que es diferente, y negar eso a un niño no me parece justo con independencia de los derechos de los mayores.

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