corazón de león

El otro crimen

vicente Á. pérez

Pervive en tierras leonesas el duelo por la muerte de Denise, cuyo cadáver fue encontrado hace más de una semana tras la detención de su presunto asesino. Estas tierras, estos pueblos, estas ciudades en las que la peregrina estadounidense dejó sus últimas huellas la van a recordar como se recuerda, por siempre, al vecino o al familiar fallecido. Así será porque las gentes de estos lugares por los que discurre el Camino de Santiago se sienten hermanadas con los miles de peregrinos que año tras año, siglo tras siglo, pasan por sus calles, ante sus casas, como si se conociesen de toda la vida. La hospitalidad de estas gentes supera con creces la ambición de algunos aprovechados y, por supuesto, de algún delincuente o desalmado. La Maragatería es esa comarca leonesa en donde el peregrino siempre se ha sentido de la familia, o sea, bienvenido a casa.

Lástima que el crimen del Camino haya dado pie a otros crímenes, en este caso informativos, que, salvando las distancias, también han dejado su huella en estas tierras hospitalarias y generosas. Desde hace más de una semana, el «caso Denise» ha servido de carnaza para ese periodismo tertuliano que en teles y radios se alimenta del morbo para, al precio que sea, aumentar audiencia o el ego del predicador de turno. El tertulianismo está dando la puntilla al agonizante periodismo. El personal asocia al tertuliano sabelotodo, el que es capaz en media hora de «charleta» de pontificar sobre la crisis humana (no humanitaria, como dicen) de los migrantes sirios, sobre la independencia de Cataluña, sobre el cambio climático, sobre el Real Madrid, o sobre lo que salte, con el periodista verdadero, el que aún cree en el trabajo riguroso, documentado y contrastado. Ahora lo que impera es la tele y sus, por lo general, frívolos tertulianos.

Charlatanes del tres al cuarto que se llevan una «pasta» por su media horita de ocurrencias.

Las teles han explotado el crimen del Camino como antaño lo hicieron con Puerto Hurraco o con Alcácer. Morbo y carnaza para la audiencia que aún se bebe y, lo que es peor, se cree, lo que le echen.

Vergüenza periodística da, por ejemplo, que esos tertulianos que se creen poseedores de la verdad, definan como aldea al pueblo de Castillo de los Polvazares, en cuyo término fue hallado el cadáver de Denise, o que citen a Astorga como ciudad castellana, que es como decir que Soria es ciudad leonesa. O confundir el Domingo de Resurrección (día en el que desapareció) con el Domingo de Ramos.

Vergüenza y pena da ese periodista que desde la tele advierte de que el tramo del Camino por La Maragatería es «muy, pero que muy peligroso», o ese tertuliano capaz de asegurar que existe una banda de asaltadores del Camino. Es el «todo vale» de este periodismo que se suicida.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación