política

Podemos Valladolid rompe con sus concejales por convertirse en «casta»

Acusa a los ediles de aceptar «prebendas», trabajar poco y hacer «mobbing» a sus trabajadores de libre designación

Podemos Valladolid rompe con sus concejales por convertirse en «casta» a. mingueza

a. b. hernández

Casta, casta. «Vade retro», que dirían los clásicos para rechazar el horror, o la tentación, que aterroriza a los partidarios de la nueva política que abandera a nivel nacional Pablo Iglesias . A tres meses recién cumplidos de la constitución de los ayuntamientos tras las elecciones del 24 de mayo, el Círculo de Podemos en Valladolid saltó este miércoles por los aires después de que su Consejo Ciudadano -lo más parecido a un comité ejecutivo provincial tradicional- saliera a la palestra para desvincularse de la plataforma Sí se Puede que nació en marzo para optar a la Alcaldía de Valladolid y, sobre todo, romper con sus cargos electos, a los que acusó de traición por haberse convertido en «casta».

En concreto, las agresiones contra el código ético del partido por parte de Charo Chávez, Héctor Gallego y Gloria Reguero son una retahíla de comportamientos cuestionables que pueden llevarles hasta el Comité de Garantías de la formación si así se decide el lunes en la próxima reunión del partido. La a ceptación de «prebendas», la escasa dedicación, la falta de transparencia y el «mobbing» a los trabajadores de libre designación contratados para asistir al Grupo Municipal sustentan la decisión tomada por el Consejo Ciudadano de Valladolid, que de forma unánime y sin más consultas optó por la ruptura en una cita que el día anterior se fraguó «en secreto», sin que nadie en el Grupo ni el las esferas regionales tuviera conocimiento.

El líder de Podemos Valladolid, Daniel García , se mostró tajante en su denuncia pública. «No hemos entrado en las instituciones para aceptar prebendas, y una entrada es un símbolo», advirtió el portavoz, que insistió en la idea una y otra vez. «Nosotros nos pagamos las entradas y vamos a los espectáculos con la gente... y no vamos a ningún palco. Eso se lo dejamos a la ‘casta’ y al Santiago Bernabéu».

En su reflexión al respecto, el máximo representante del Círculo morado vallisoletano insinuó que «no es de recibo ver concejales de alguna manera recibiendo entradas e invitaciones a palcos privados» y tampoco es «asumible» que se acepten seguros de vida por razones de cargo. «Creemos que son privilegios de la clase política y cuando hemos entrado en las instituciones es para cambiar esto», recordó.

Lío con las nóminas

Escoltado por los trabajadores dimitidos y afectados por el presunto «mobbing», Daniel García fue dando paso uno por uno a los testimonios del desencanto. «Estas personas han renunciado a este sueldo por una cuetión política, ética y de principios», subrayó, reprochando a los concejales que «ni la ciudadanía, ni los inscritos de Podemos, ni el Consejo Ciudadano Municipal hayan visto sus nóminas».

Entre las «confesiones», algunas entrecortadas y con lágrimas en los ojos, las de Almudena García, que reconocía lo duro de renunciar a un puesto de trabajo después de haber pasado mucho tiempo en el paro. «Se trata de una decisión que nos dignifica como personas» , coincidió con su compañero Sergio de la Torre, que justificó su dimisión en «cuestiones éticas y de dignidad», convencido de que «este proyecto tan bonito se está traicionando por parte de la gente que está en las instituciones» y criticando abiertamente la inactividad del único diputado provincial, Héctor Gallego. «No hemos venidos para ser un tronco flotando».

A primerísima hora de la tarde, los tres concejales aludidos ofrecían su visión de los hechos. «Queremos expresar con rotundidad nuestro compromiso con ‘Si se puede’ , con su código ético, que no hemos incumplido en ningún momento, así como tampoco nos hemos salido de las líneas políticas marcadas». En su defensa sólo se escuchaban referencias a la honestidad, entrega, compromiso y trabajo, sobre todo el trabajo, que estaba suponiendo el aterrizaje de un partido «novato» en el Ayuntamiento.

Respecto a los sueldos, Charo Chávez dejó claro que «todo el mundo» sabe lo que ganan y aclaró que la cesión del remanente que retorna al partido y al programa Impulso está «bloqueado» a la espera de que se habiliten los procedimientos necesarios para las transferencias del dinero que excede de los 1.935 euros que comprometiron cobrar.

Negó también que hayan recibido prebendas: ni Valladolid Latino, ni Teatro Calderón, ni Lava, ni Cine en San Benito... Sólo un partido del Balonmano Aula para apoyar al equipo. Y sobre la dimisión de los trabajadores, puntualizó que son miembros del Consejo Ciudadano de Valladolid elegidos por este organismo para desempeñar labores técnicas del Grupo Municipal. De las acusaciones de «mobbing», nada de nada. «Eso es subjetivo y ya se verá».

¿Entonces? «Nos hemos enterado hoy» , admitía Chávez con rostro compungido. Sólo después de mucho rascar, los concejales de Podemos reconocían discrepancias , aunque confesaban que nunca pensaban llegar hasta aquí. De su coordinación se desprenden «roces» en la aplicación de la «política real». «Todo se decide en la Junta de Portavoces y se nos pidió desde Alcaldía que nos ciñésemos al reglamento», explica para justificar el límite de iniciativas en los plenos. «Lo primero las personas y la línea del rescate ciudadano», concluyó.

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