punto de vista
Salir del círculo
Las tradiciones pueden evolucionar y no por eso dejan de ser tales. Lo hemos visto en muchas de ellas en España y con el tiempo, se ha demostrado que esa evolución es siempre para mejorar. El Toro de la Vega tiene que hacerlo. No vale enrocarse en el carácter medieval del Torneo, ni en el reglamento que lo rige. Hay sensibilidades diferentes y enfrentamientos evidentes y por lo tanto se impone un debate desapasionado, objetivo y con visión de futuro.
No podemos perdernos ya en quién tiene la razón, porque es evidente que los vecinos de Tordesillas tienen la suya y los animalistas y una parte importante de la sociedad, defienden la posición contraria. Por eso entre todos hay que hacer un esfuerzo por entenderse, sin caer en la agresión y en posiciones numantinas que llevan a un punto muerto que algún día acabará en una desgracia.
Lo que es una realidad es que el Torneo del Toro de la Vega está dañando seriamente la imagen de Tordesillas, de los festejos populares en Castilla y León y la imagen de España en el exterior, donde se nos dibuja como un país bárbaro. No entiendo a los animalistas tratando de imponer sus tesis por la fuerza, en lugar de volcar sus esfuerzos en una iniciativa popular que cambie las normas, porque no debemos olvidar que con la ley en la mano, el Torneo es legal. No todo vale y menos imponer con extorsión o la ley de la fuerza y con el amparo de la libertad y la democracia. Cuanto más presionen en este sentido, más se cerrarán los vecinos de Tordesillas. Las posiciones están tan enfrentadas que la solución no es fácil. Ahora que ha pasado el Torneo, es el momento de intentar hablar y hacer que la fuerza de la razón se imponga a la fuerza de los empujones, los insultos y las agresiones. Si no se hace así, lo vamos a lamentar mucho, porque la fiesta de un pueblo terminará por ser su desgracia.