educación
Verano con otro acento
Con estancias en el extranjero, campamentos o cursos estivales, ésta es buena época para aprender idiomas
A la toalla y el bañador, algunos añaden estos meses estivales unas clases y cambian el acento español para dar entrada al inglés, al francés y hasta el japonés o el chino porque el verano puede ser, ¿por qué no?, una buena época para dar unos primeros pasos en un idioma o para perfeccionar su conocimiento. La oferta es amplia y además de a academias, los interesados pueden acudir a las universidades de Castilla y León, que cuentan con centros de idiomas en los que seguir un curso intensivo de otro idioma en verano, o los más pequeños disfrutar de un campamento, de una estancia de inmersión lingüística en otro país o «sumergirse» en la lengua y la cultura anglosajona sin salir de los límites de la Comunidad.
«En los meses de julio y agosto, algunos no saben qué hacer y es una buena época para aprender un idioma», afirma Nieves Mendizábal , directora académica del Centro de Idiomas de la Universidad de Valladolid, para explicar que en esta época «ideal, el que no pueda ir al extranjero» siempre puede tener cerca un centro como el de la UVA que le puede ayudar a obtener ese certificado de competencia lingüística en otro idioma -inglés, francés, alemán, portugués, italiano, chino, japonés y árabe- ya que preparan, por ejemplo, para obtener el TOEIC, el TOEFL y el IBT, o siendo universitario, además obtener créditos para su carrera.
Sus grupos de clase son reducidos, «el trato es personalizado y con un buen nivel de profesorado» y siempre hay un grupo «incluso para los idiomas más minoritarios». Además, si se trata de profesionales que trabajan entre semana y prefieren dedicar el fin de semana a los idiomas, también disponen de grupos de enseñanza intensiva en sábado adaptada a las necesidades de los alumnos: inglés de los negocios, más científico, etc.
Asimismo, también hay cursos de español para aquellos extranjeros que aprovechando su estancia en nuestro país deseen perfeccionar nuestro idioma. De hecho, otros años, como cuenta Nieves Mendizábal, «en agosto se ha cerrado el Centro de Idiomas , mientras que este año nos ha parecido que no se debía cerrar».
Y es que contrariamente a lo que a primera vista pueda pensarse al tratarse de niversidades, estos cursos están dirigidos a un público general desde los 16 años y también hay grupos senior para mayores de 40 años, con niveles de conocimiento del idioma desde el de iniciación al avanzado.
La metodología que utilizan, como añade Mendizábal , «es muy funcional y muy dinámica, en la que las clases son muy participativas y en las que se aplican las últimas tecnologías de la información y la comunicación», y en ellas «se da cabida a todas las destrezas orales y escritas del idioma con un enfoque comunicativo y trabajando por tareas».
En otros países
Como en otras universidades -la de Salamanca dispone dentro de su oferta de Cursos Internacionales de estancias en el extranjero con una gran variedad de destinos ( Inglaterra, Irlanda, Estados Unidos y Canadá ) y de modalidades (desde el programa tradicional hasta cursos intensivos, de inmersión lingüística, de convivencia familiar, «summer camps», deportes e inmersión cultural, etc.)- la UVA cuenta también con estancias en otros países como el Reino Unido e Irlanda.
Pero si las posibilidades económicas no permiten un viaje fuera de nuestras fronteras, también en Castilla y León existe otra alternativa para que los más pequeños y mayores mejoren su nivel de inglés o los adultos pierdan el miedo al idioma gracias a iniciativas como la de la empresa Diverbo. Cuenta con los llamados «pueblos ingleses», un lugar donde la consigna es «prohibido hablar castellano» y donde, a lo largo de una semana, pequeños o mayores pueden convivir con jóvenes o con adultos nativos para practicar el idioma.
Disponen de cursos de 8 días de duración, en un «microcosmos» de habla inglesa y sin salir de España. Constituida en el año 2001, el punto de partida fue en un pueblo de la provincia de Soria que se quedó abandonado en los años sesenta. Allí se colgó por primera vez el cartel de «prohibido hablar castellano». Reunieron a 20 españoles que deseaban mejorar su manejo del idioma y superar su falta de confianza y seguridad en el inglés, con el mismo número de personas de habla inglesa traídos del extranjero, con el único objetivo de ayudar a mejorar el inglés de esos españoles. Durante ocho días desayunaron, comieron, cenaron y rieron juntos. Diverbo tiene estos enclaves en España, Italia y Alemania.
En sus programas de 8 días se fomenta y favorece la comunicación, la expresión oral y comprensión auditiva y van dirigidos a adultos, jóvenes y niños. En Castilla y León ya dejaron Soria, pero cuentan con el programa «Kids» en su «Pueblo Inglés» de Candeleda (Ávila) y en el que tienen en Aldeaduero (Salamanca), dirigido a niños de 7 a 12 años, y programas «Teens» para edades de los 13 a los 17 años en esta última población salmantina y en La Alberca. «En Pueblo Inglés los alumnos españoles viven en inglés con chicos americanos, ingleses, canadienses, escoceses, irlandeses, australianos, con diferentes acentos y de sus mismas edades, y todo esto sin necesidad de salir de España», comenta Juan Carlos Medina, socio fundador de Diverbo.
¿Y por qué el verano para aprender idiomas? «¿Y cuándo si no? Afianzar en un curso de verano todo lo que se ha aprendido en las aulas, y hacerlo a través de un programa residencial en el que se pueda poner en práctica el inglés que cada uno lleva dentro, sólo es posible en época de vacaciones para mucha gente», sostiene. Respecto a las ventajas, Medina asegura que «a los niños y jóvenes les coincide con sus vacaciones y parece que están siempre más dispuestos a absorber inglés a través de juegos y actividades, en entornos en los que sólo escuchen inglés. Es una manera de practicarlo sin esfuerzo», y para los adultos, «cualquier momento es bueno para seguir mejorando. Las cargas personales y profesionales no les permiten hacerlo a lo largo del año y hay que sacrificar parte de sus vacaciones para avanzar en el idioma».
«Una frase que hemos recogido en muchas ocasiones de nuestros alumnos es «se termina hablando, pensando y hasta soñando en inglés”», concluye.