sucesos
La Junta vaticina un verano «complicado» en materia de incendios
Suárez-Quiñones pide «apoyo público y reconocimiento» para las brigadas
Un déficit de lluvias previo al verano sembró la sequía en Castilla y León, dejando una vegetación más vulnerable a los incendios e inflamable, ya que en esas condiciones actúa como combustible promoviendo una rápida propagación. La situación de partida no era halagüeña, pero hasta tres olas de calor encadenadas han complicado aún más las cosas para la superficie forestal. De ahí, que el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones vaticinara ayer que éste será un verano «complejo y complicado» en materia de fuegos.
La sequedad de la masa forestal y la falta de humedad han influido en el elevado número de incendios que se han registrado ya este verano. Sólo en esta semana se han contabilizado una media de trece fuegos diarios en Castilla y León. La ola de calor no es directamente la responsable, sólo un ocho por ciento se producen por causas naturales, apuntó Suárez-Quiñones, pero en el caso de que se declare un fuego, ya sea por accidentes, rayos o mecheros malintencionados, las altas temperaturas y la vegetación sedienta son los peores aliados.
Si a ello le sumas el imprevisible viento se conjura la «tormenta perfecta», como el consejero de Fomento y Medio Ambiente recordó que se ha dado en el incendio registrado esta semana en Latedo Zamora, que tras haber sido estabilizado, se reactivó con gran virulencia por el viento en la zona llegando a tener que declararse el nivel de gravedad 2 de Infocal (sobre tres) por la cercanía de las llamas a una carretera que conectaba con la N-122 y que, de hecho, tuvo que ser cortada.
Tal voracidad fue la que tuvieron las llamas en Zamora que si antes de su reactivación se había hablado de unas 200 hectáreas quemadas, ayer la cifra superaba las mil , informa Ical. El perímetro de toda la zona afectada es de 18 kilómetros de monte bajo y pinar. De hecho, las piñas de estos árboles han sido parte del problema, ya que saltan con facilidad. Pueden alejarse hasta a 500 metros al explotar y envueltas en llamas. Fue uno éste de los factores letales en Castrocontrigo, donde hace casi tres años se abrasaron 11.724 hectáreas.
Además, se sumaba como obstáculo añadido que se trata de una zona de difícil acceso. A última hora de ayer aún trabajaban decenas de personas sobre el terreno para tratar de controlar el incendio, que bajó por la tarde su gravedad a nivel 1.
Doce fuegos
En la jornada de ayer otros doce incendios prendían en Castilla y León, en todas las provincias, siendo León la que más fuegos forestales contabilizaba . En total eran siete, de los que al cierre de esta edicición sólo uno se encontraba activo, en Gradefes, y el resto controlados. Entre ellos, el de Palaciosmil, en el término municipal de Quintana del Castillo, que está en esta condición desde el jueves tras haber arrasado a principios de esta semana más de dos mil hectáreas.
Frente a ellos, miles de personas que forman parte de las brigadas contra incendios de la Junta y otras administraciones «dan su vida» , resaltó Suárez-Quiñones, que ante las críticas surgidas en torno al operativo y su dimensión reclamó «apoyo público, respeto y reconocimiento». El despliegue de medios -sostuvo el consejero- «es el que se preveía tener antes del verano» y los trabajadores «están haciendo un trabajo magnífico». «Los fuegos no se apagan con un botón, con un on y un off, y no se puede esperar».