Paridad

Herrera jamás ha dado bandazos y tampoco lo ha hecho ahora, aunque sea un tiempo nuevo y sus circunstancias hayan mantenido abierto su futuro durante algún tiempo. Herrera se blinda con un gobierno paritario y de fuerte impronta social. No hay grandes sorpresas y sí cambios de organización que marcan distancia con alguna de las estructuras existentes.

Dos son los puntales del presidente. Confía la coordinación del área social del Gobierno a Rosa Valdeón, a quien hace vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo y además encarga Empleo. Demuestra su apuesta personal por ella y la confianza en su tarea en el mundo social, y le encarga algo tan vital para él como es el diálogo con los agentes sociales. José Antonio de Santiago no sólo revalida, sino que ve incrementado su poder de control en el Gobierno y en las políticas de Herrera y asume el seguimiento del programa de investidura. De Santiago es para Herrera un imprescindible.

Encarga Agricultura a la consejera que ha llevado los servicios sociales al primer plano de valoración en España, Milagros Marcos, y a Alicia García la lleva a Familia, con el reto de mantenerla en las ratios de Marcos.

Entran el Gobierno Juan Carlos Suárez-Quiñones, que cubre la cuota leonesa en el mismo área de Antonio Silván, Fomento; Fernando Rey, hombre en la órbita de De Santiago y que cuenta con toda su confianza, que asume Educación; y Josefa García Cirac, que ve premiada su salida de las Cortes con la Consejería de Cultura. Antonio Sáez se queda como estaba, lo que en un área tan compleja como la Sanidad es todo un síntoma de confianza. Finalmente Pilar del Olmo además de Hacienda, llevará Economía, prueba de que Herrera ha querido desmontar la estructura que hasta ahora tenía la Consejería de Villanueva.

Hoy todos comienzan su nueva tarea.