corazón de león
Un ejemplo de IU
La corrala política y tertuliana está alborotada por mor de los resultados de las elecciones que han torpedeado los cimientos del bipartidismo imperante. Nada será como antes; o sea, que España no estaba libre de la profecía maya de un cambio de era en el mundo. Lo que los mayas predijeron hace siglos no lo habían advertido los sesudos analistas, politólogos, sociólogos y demás tropa que asesoran y guían a los líderes políticos con sus predicciones, por lo general erróneas, a cambio de una pasta gansa. En la Grecia clásica, los «arriolas» de hoy presagiaban y adivinaban el futuro tras examinar las vísceras de un animal, por ejemplo un ganso, previamente degollado. El hígado del bicho era, para la hieroscopia, lo que las encuestas para la demoscopia actual: la bola de cristal.
Los arúspices de esta España llevan tiempo sin dar ni una, dicho en corto. De ahí el sobresalto en ayuntamientos y comunidades, sumidos en un carrusel de incertidumbres, cuando lo suyo hubiera sido que los partidos estuviesen avisados de lo que el hígado del ganso había anunciado hace meses. En fin, que ha llegado la época de las «líneas rojas», la «tolerancia cero», el cambio de cromos, el cambalache, el trueque, las amistades peligrosas… El despiste de los adivinos ha hecho que, por ejemplo en Castilla y León, algunos responsables del PP se hayan puesto de los nervios pese a su victoria electoral y la derrota histórica del PSOE, que parece el vencedor de unas elecciones en las que ha sufrido los peores resultados de unas municipales y autonómicas desde 1979. Mientras el PP se lamenta por haber ganado, el PSOE se ufana en su derrota y ha tomado la delantera en la carrera de los pactos, que es de lo que se trata en la nueva era política.
En la provincia leonesa, el PP ha vuelto a ganar, pese al descenso previsto por los casos de corrupción y la llegada de nuevos partidos.
Tiene menos ases en la mano y tendrá que saber jugar las cartas (con mayorías absolutas es fácil gobernar). En la capital, por ejemplo, el candidato Silván se juega su capacidad política para hacer valer su amplia victoria en las urnas. Como en la mayor parte de las plazas, en León se disputa una partida de billar a cuatro e, incluso, a cinco bandas. Y el más hábil, ganador, pues no cabe esperar actitudes tan honradas como la que IU ha tenido en la ciudad leonesa de Astorga, en donde ha anunciado que va a permitir el triunfo de la lista más votada, que no es otra que la del PP, cuando podría, mediante apaños con el PSOE y el PAL, impedírselo. Un ejemplo de un partido local para sus camaradas nacionales que están dispuestos a ser gregarios de los chicos de Podemos.