Del Olmo fía a la estabilidad política que la economía repunte hasta el 3% este año

Hay que remontarse ocho años atrás para ver el Producto Interior Bruto de la Comunidad con un crecimiento interanual del 2,6 por ciento, como ha ocurrido en el primer trimestre de este año. Es más, el aumento del 1,2 por ciento con respecto al trimestre anterior hace pensar que la previsión de crecimiento del 2,1% para todo este año realizada por la Junta en sus Presupuestos será fácilmente superada.

Con estos datos, la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, no pudo ayer evitar su satisfacción al dar a conocer la Contabilidad Regional de Castilla y León, una comparecencia que sonó a despedida, dado que puede ser la última que lleva a cabo como responsable de las arcas regionales, si bien este extremo prefirió dejarlo en el aire.

En cualquier caso, valoró de forma positiva unas cifras que encadenan ocho crecimientos trimestrales en positivo, ya que la variación ha pasado del 0,5 por ciento del último trimestre de 2014 al 1,2 de este último periodo. En este sentido reconoció que será posible superar la previsión del 2,1 «con la que fuimos muy prudentes». «A este ritmo, si no pasa nada, el crecimiento estará más próximo al tres por ciento», aseguró. Sin embargo, reconoció que existen una serie de amenazas para que continúe la senda de crecimiento que van desde el petróleo y los tipos de interés a, sobre todo, la inestabilidad política. En este punto, Pilar del Olmo señaló que «los años electorales no son normales y la economía quiere estabilidad». Más aún, reconoció que «hay inestabilidad si los gobiernos tardan en constituirse o se gobierna en minoría», amenazas que pueden dar al traste con la aceleración económica. «Sin el factor de la inestabilidad, el crecimiento se puede acercar al tres por cierto», señaló.

Pero al margen de lo que pueda deparar el futuro, a día de hoy, con los datos que arroja la Contabilidad Regional, «el trimestre ha sido francamente bueno para Castilla y León», según Pilar del Olmo, con una economía que se acelera y que se traduce en 16.233 puestos de trabajo más que en el mismo trimestre del año anterior. Todos los sectores, salvo el de las ramas energéticas, arrastradas por la crisis de la minería, han experimentado un crecimiento del Valor Añadido Bruto. El más importante es el de la agricultura y ganadería que registró una variación interanual del 4,5 por ciento, derivado de una mejor producción agrícola que la del pasado año y un mayor incremento en la ganadería. Sin embargo, en la agricultura, las predicciones suelen ser complicadas y, según afirma la consejera, «siempre nos equivocamos, así que hacemos una previsión neutra». De hecho, reconoce que con el cereal, que absorbe la más importante producción agraria «pintan bastos», es decir, que «el campo está mal» como consecuencia de un mes de mayo muy caluroso y la ausencia de lluvias. En cualquier caso, Del Olmo confía en que con la suma del resto de cultivos, pueda haber crecimiento en el sector, dado que el pasado año fue malo. Por lo que se refiere a la industria, se ha producido una caída del 0,7 por ciento, debido a las ramas energéticas, si bien las manufactureras han aumentado un 1,4 por ciento. La consejera es optimista en este sector, ya que «la importación de bienes de equipos e intermedios hace pensar que la industria va a ir bien».

En cuanto a la construcción, continúa la senda de la aceleración que se ha traducido en el tercer trimestre del año en un aumento del 3,2 por ciento con respecto al cuarto trimestre de 2014, gracias a la edificación no residencial y al incremento de la obra civil. La titular de Hacienda destacó en este punto que el paro sigue cayendo en un sector de cuyo dinamismo da fe el incremento del 17,5 por ciento de los ingresos procedentes de la recaudación de actos jurídicos documentados. También en el sector servicios la variación ha sido del 3,2 por ciento.

Por lo que se refiere a la demanda interna, entre enero y marzo su aportación al crecimiento del PIB ha sido del 2,6 por ciento, mientras que el sector exterior no ha tenido variación, como consecuencia del aumento en torno al tres por ciento tanto de las exportaciones como de las importaciones. Sí ha resultado positivo el gasto en consumo final, que se incrementa en nueve décimas más que en el periodo anterior, hasta el 2,7 por ciento, debido al mayor aumento registrado por el consumo de los hogares, que sube hasta el 2,9 por ciento, así como del gasto de las administraciones públicas, que ha pasado de estar en negativo (-2,1%) al 1,1.

Por último, la inversión en el primer trimestre del año experimentó una subida del 3,3 por ciento, dos décimas menos respecto del anterior trimestre. La formación bruta de capital creció gracias a la inversión en construcción y bienes de equipo.