De la Riva, inhabilitado
«Hasta que yo no decida no voy a cesar»
Dice que seguirá como alcalde en funciones hasta su relevo y recurrirá el fallo que le aleja trece meses de la política
Veinte años de gobierno municipal se toparon el pasado domingo con un obligado final en Valladolid. Las urnas quitaron la mayoría absoluta a Francisco Javier León de la Riva, un golpe para el popular, a quien la semana le tenía deparado un nuevo varapalo con el que despedirse de dos décadas al frente del consistorio. Con el primer café de la mañana llegó ayer a sus manos la sentencia que se esperaba desde hacía un mes, cuando fue juzgado por un delito de desobediencia por tardar cinco años en dar cumplimiento a la orden judicial que instaba a restituir el edificio en el que reside a su estado anterior tras unas obras anuladas. El fallo: culpable. La condena: su inhabilitación como cargo público por un plazo de trece meses, forzando a un parón en su carrera que más que un punto y seguido se antoja como punto y final. No obstante, él se aferra aún al bastón de mando que sustenta en funciones. «Hasta que yo no decida no voy a cesar».
Se había mostrado «convencido» de que la sentencia sería «favorable». Y de hecho, manteniéndose firme en que, a su parecer, así debe ser, De la Riva anunció que, al margen de cuál sea su futuro político, que antes o después le aleja del Ayuntamiento, recurrirá el fallo. Lo «acata», pero está «disconforme» y defiende que es «inocente». De momento, no entiende lo mismo la titular del Juzgado de los Penal número 2 de Valladolid, que considera que en los cinco años que transcurrieron desde la sentencia que obligaba a actuar sobre el edificio de Caja Duero en la Plaza Zorrilla de Valladolid en 2008 hasta que finalmente se cumplió en 2013, el regidor tuvo el «propósito de dilatar y obstaculizar la ejecución material del fallo judicial en sus justos términos por un evidente interés particular por su condición de propietario» de una vivienda en dicho inmueble.
Cuatro proyectos, demoras, recursos, cinco requerimientos a título personal al alcalde y un sinfín de pasos se dieron en ese lustro en el que la juez entiende que se «desatendió de forma conveniente e interesada» la sentencia y «se revela» -dice- el «reiterado actuar del acusado opuesto al acatamiento» de un requerimiento «que resulta de un mera lectura» de la sentencia dictada. Por ello, le impone el año y un mes de inhabilitación y 12.600 euros de multa.
«Mi intención absoluta fue la de cumplir la sentencia», volvió a insistir ayer una vez más León de la Riva acompañado de su equipo, firme e incluso sonriente en algún punto de una comparecencia «sobrevenida» en la que la banda sonora la ponían los acordes de la popular canción de la película Titanic que llegaban de la calle. Sus argumentos tendrá ahora que esgrimirlos en el recurso que presentará contra la sentencia conocida ayer, que no es firme, y al que ve posibilidades. En un primer momento, recuerda que un Juzgado de Instrucción archivó en su día el caso, si bien luego, a petición de la Fiscalía, la Audiencia Provincial decidió reabrirlo. «El primero entendió que no, una segunda que sí», queda «la última palabra» en cuanto a este caso de desobediencia. Una vez más quiso dejar claro que este delito por el que ha sido condenado no se trata de un caso de corrupción de «esos que están tan en boga actualmente».
Entre tristeza -«¿Estoy feliz? Obviamente no y más por mi familia que por mí»- y sorpresa - «me esperaba otra cosa y más habiendo pasado tanto tiempo» ya que el juicio fue a finales de abril-, De la Riva recibió ayer la sentencia inamovible desde su despacho de Alcaldía. La inhabilitación a la que ha sido condenado no le llevó a entregar su acta y su intención es no hacerlo. «Seré alcalde en funciones» hasta el 13 de junio, cuando se elija al nuevo regidor, que no será él después de que de las urnas hayan posibilitado una mayoría de coalición de izquierdas con el PSOE a la cabeza. La pregunta está en ¿qué pasará en la segunda quincena de junio? ¿Intentará seguir en la oposición? ¿Podría aún estando inhabilitado? Su futuro está, según expuso, «decidido», pero éste sólo lo conoce su familia. Públicamente lo iba a decir la semana que viene y así lo hará. Esta sentencia no cambia su percepción. «El ‘timing’ no me lo va a marcar nadie». Así, en unos días informará si sigue o se retira del Ayuntamiento y se va con su fonendo -es médico- a otra parte.