noción personal
Agente electoral socialista
Juan Vicente Herrera se presentó a estas elecciones más por «imperativo legal» que por ansia o deseo de perpetuarse. Es uno de los rasgos de quien tiene sentido del deber y de partido. Se sabía que «los emergentes» iban a brotar. La cuestión era frenar en todo lo posible esa aparición también en la Comunidad granero popular. Y la victoria se consiguió, el procurador que falta para la mayoría absoluta puede parecer un ratoncillo en el granero. Pero cuidado, un ratoncillo puede hacer mucho destrozo y multiplicarse con que se le deje tiempo. A nadie se le escapa que con algún acuerdo puntual o de gobierno la Junta es de sentido común siga en manos del PP, que es quien ha ganado honrada y limpiamente las elecciones. Pero la cuestión a nivel regional es Herrera. Una teoría, que hace meses prometimos aquí narrar, es su supuesto deseo de que una mujer, zamorana para más señas, le relevase a mitad de legislatura como tarde, en un año como pronto. De ahí que pesos pesados como Mañueco, Silván y otros que bien podrían aspirar a ese relevo, tendrían que estar previamente ocupados o centrados en otras tareas. ¿Los resultados han acelerado estos planes del presidente Herrera?
En todo caso, el consejo de alguien que ha gobernado, y muy bien, a su presidente nacional, señor Rajoy, sobre la teoría de mirarse al espejo no va más allá. Ni Montoro ni Soria han sido ministros que hayan ayudado nada o todo lo contrario al PP regional en particular y Castilla y León en general. Es más, el ministro de Industria y Energía ha actuado como un auténtico agente electoral socialista. Nada prudente en tiempos y menos en las formas. Nos gustaría haberle visto por León de campaña, encajando con cintura y sinceridad el acoso al que se ha visto sometido cualquier integrante del Partido Popular.