Modelo productivo y educación

La crisis ha puesto de relieve la necesidad de cambiar el modelo económico y productivo agotado, hacia otro más innovador y competitivo basado en un nueva educación. Los que tendrán que desarrollar esa nueva etapa serán los jóvenes que se están formando en nuestras aulas.

Corea, Finlandia, Austria, etc. gastan por alumno una cantidad semejante a la nuestra. ¿Por qué los tomamos como modelos, dónde está la diferencia? En lo cualitativo y no en lo cuantitativo, por ejemplo, en la uniformidad del sistema educativo que ha dado lugar a la excelencia, porque se busca que el grupo sea tan bueno como el mejor de sus miembros; y no que el grupo sea tan bueno como la media del mismo, lo que penaliza y desincentiva a los que podrían ser mejor y los convierten en lastres. Una pequeña pero importante diferencia que tiene consecuencias a corto, medio y largo plazo.

Un sistema educativo que pretenda ser excelente o muy bueno exige estabilidad para que los alumnos se formen en los mismos parámetros. Se necesita un pacto por la Educación para que se vayan resolviendo los problemas y deficiencias del sistema.

Un aspecto fundamental son los profesores que están encargados de la formación de los jóvenes. En muchos países son contratados y acceden al puesto mediante una dura competición; otros son funcionarios. En cualquier caso deben ser personas capaces de transmitir conocimientos, habilidades y formar competitivamente a los alumnos.

Finalmente, la metodología del aprendizaje. Sobre cómo enseñar hay bibliotecas enteras. Se puede decir que aprenden más los alumnos que participan en la clase, pero ¿qué hacemos con los que no participan? El sistema tiene que ocuparse de todos y formar es hacer avanzar a todos hacia la consecución de los conocimientos y las competencias necesarias que exige el título.

Pienso que el sistema será excelente si los actores del proceso actúan de forma unida y comprometida con el resultado final, que es la formación del alumno. Estos actores son las familias, los estudiantes, los profesores y el personal de los centros docentes. Todos ellos interactuarán si existe un acuerdo de estabilidad, si los profesores alientan la participación de alumnos y padres y si los centros disponen de los medios adecuados. No es una utopía, es un esfuerzo que debemos realizar para tener un futuro mejor, porque formar a un ciudadano no es informarle, sino hacerlo responsable de su destino.