Ingeniero Técnico Agrícola e Ingeniero Agrónomo
Jorge López Anta: «Espero aprovechar el premio para encontrar trabajo»
El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria ha premiado su proyecto de fin de carrera, una iniciativa industrial
Su trabajo «Industria de elaboración de mermeladas extra y crema de castañas con una producción de 3.050 t/año, en el P.I. de Vilela, T.M. de Villafranca del Bierzo (León)» ha sido galardonado como el mejor proyecto de fin de carrera por el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria. Un galardón que recibe con «orgullo».
-¿Qué ha supuesto para ti que el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria haya reconocido tu trabajo con este premio?
-A nivel personal es un orgullo que reconozcan tu trabajo. Ya lo fue cuando los profesores lo valoraron con matrícula de honor, pero que se haga desde el sector profesional motiva aún más. Hace que te valores un poco más y si encima la noticia se difunde en prensa te crece un poco el ego, que de vez en cuando sienta muy bien.
-Cómo conociste la noticia y qué fue lo primero que pensaste?
-Me enteré de la concesión por parte del director de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria (Estia) de León, que me llamó por teléfono para informarme y felicitarme. Al ver un número tan largo, creí, ingenuo de mí, que se trataba de una empresa de las tantas a las que mando el curriculum, ya que lo último que pensaba era en un premio por mi proyecto de hace año y medio, una posibilidad que ya había olvidado, pero al acabar la carrera de Ingeniero Agrónomo en diciembre de 2013 (curso académico 2013/14) el premio se otorgó en las fiestas de San Isidro de 2015.
-Está dotado con 1.200 euros. ¿Ya has pensado a qué destinarás el dinero?
-Por ahora voy a ahorrarlo… Me gustaría poder invitar a una celebración a todos los que me han felicitado, pero se me iría volando. Espero poder guardarlo para cuando surja la oportunidad y hacer un viaje con mi novia, Desirée, a quien debo gran parte de este premio, puesto que sin su apoyo y ayuda constante no lo habría logrado.
-¿Galardones como este animan a seguir trabajando?
-Si aún estuviese ligado a la universidad estoy seguro de que sería un gran impulso para esforzarme más en los estudios, pero actualmente estoy en el paro y, aunque incluiré este premio en mi currículum, no sé hasta qué punto podré aprovecharlo para conseguir un trabajo. Ojalá sea así.
-¿En qué consistió el proyecto?
-Se trata de una industria alimentaria para la elaboración de mermeladas extra de cereza, cebolla y pimiento rojo, así como de crema de castañas. La producción anual está dividida de tal forma que en cada época se utiliza el producto que en ese momento está en temporada, y siempre que sea posible, utilizando materias primas de la comarca de El Bierzo, donde se instala.
-¿Qué hizo que te inclinaras hacia esta línea de trabajo?
-Desde que empecé Agrónomos me gustó mucho la rama relacionada con las industrias alimentarias. Barajé varias opciones, e incluso estuve varios meses trabajando en otra idea que no acababa de ilusionarme, así que después de meditarlo mucho decidí enfocar mi trabajo al mundo gourmet con mermeladas de calidad extra. Nací en León ciudad y aquí he vivido siempre, pero mi pueblo de adopción es Corullón y por extensión familiar, Villafranca del Bierzo y quería hacer una especie de «homenaje» al pueblo. De ahí también que utilice castañas y cerezas, puesto que Corullón es famoso por sus cerezos y castaños centenarios.
-¿Cuánto tiempo has trabajado en el proyecto?
-Aproximadamente unos 10 meses, de los cuales los 4 últimos fueron intensivos. Al principio te dedicas a recabar información, leer mucho, hacer cálculos… Te atascas/frustras mucho, así que toca consultar los apuntes, pedir ayuda a amigos y profesores, ordenar ideas y ya por último comienzas a redactar y dibujar planos. Trabajo mejor por las noches, así que no era raro acostarme a las 9 de la mañana, levantarme para comer a las 3 y seguir trabajando en ello. Al final el proyecto ocupó dos tomos de 13 centímetros de grosor y unas 1.600 páginas. Lo pesé por curiosidad y si no recuerdo mal, rondaba los 9 kilos, no era nada cómodo de trasportar.
-¿Qué necesitaría esa industria de elaboración de mermeladas extra y crema de castañas para arrancar y ponerse en marcha?
-En principio, y teniendo siempre en cuenta que se trata de un ejercicio académico, nuestros proyectos, tal y como los entregamos, podrían realizarse en la vida real. Tenemos que calcular todas las variables y, en este caso, el presupuesto total sería de 1.435.000 euros (IVA incluido), implicaría a 34 trabajadores y tendría una producción media diaria de 13.000 kilos de mermeladas extra o crema de castañas.
-¿Te gustaría hacer realidad esta idea en algún momento?
-Visto con perspectiva y siendo sensatos, a día de hoy no. No obstante sí que me gustaría poder escalarlo de tal forma que los riesgos sean menores. Hay que ser realistas. Habría que empezar con algo pequeño (artesanal), aplicando todo lo aprendido y una vez en marcha, habiéndose hecho un hueco en el mercado, dar el paso a una ampliación con las dimensiones del proyecto fin de carrera. La verdad es que siempre he pensado en ser un empleado pero tal y como está el panorama laboral, ser emprendedor no es tan raro, aunque reconozco que la idea me da miedo y aún no la he tomado en serio.
-¿Y de poder elegir, qué te gustaría hacer?
-Dentro del amplio espectro que abarcan los ingenieros agrónomos me gustaría dedicarme al mundo del vino, tanto bodega como viñedo, así como las industrias alimentarias. Pero tampoco diría que no a la producción animal o la producción hortofrutícola. Vamos, estoy abierto a todo y deseando obtener experiencia. Si algún empresario o responsable de Recursos Humanos está leyendo esto, que sepa que estoy disponible.