noción personal
Hace un año
A la hora de escribir esta columna hace exactamente un año que Isabel Carrasco Lorenzana caía abatida por las balas en la pasarela del puente que cruza el río Bernesga y que comunica su vivienda con la sede del Partido Popular. Hace un año que la sociedad entera se sobrecogió y no daba crédito a las noticias que llegaban a cuenta gotas.
Y tras la conmoción, que duró varios días, los detalles, los sucesos, las informaciones de todo lo que sabemos. El magnicidio de León no puede quedar impune. Ningún abogado puede convencer de lo evidente, el asesinato. Por todos los atenuantes que nos quieran hacer creer lo cierto es que toda la sociedad pide justicia. Justicia para una dirigente política, con lo mal que caen actualmente los políticos. Justicia para una dirigente del PP, con lo criticado y acosado que se encuentran estas siglas por parte de una buena parte de la maquinaria electoral de la izquierda. Justicia porque la democracia y el sentido cívico mínimo requiere ejemplos a los que mirarse, consuelo a los que acogerse, criterio por el que seguirse. Esto no puede quedar así. O pronto acabaremos cayendo en un sistema donde la violencia, de cualquier tipo, pueda quedar justificada. No somos ninguna república bananera. Somos parte de Europa, cuna de civilización y nación crisol de muchas cosas, también la cultura y el arte.
Estamos en plena campaña electoral. Los navajazos, puntapiés y triquiñuelas de todo tipo se asoman a nuestros medios de comunicación todos los días. Corrupción, nepotismo, clientelismo…pero también trabajo, esfuerzo, dedicación y sacrificio. Tenemos que aprender a distinguir entre la información y la propaganda, entre el periodismo y la morralla que al socaire de las nuevas tecnologías de la información se nos ha colado en nuestras casas, en nuestros teléfonos, en nuestras vidas.