el callejón del gato
Puertas giratorias
El ciudadano de a pie, Baltasar Garzón, practicó con notoriedad el juego de entradas y salidas de la judicatura a la política y viceversa, con los resultados conocidos. En la magistratura, rivaliza ahora Eloy Velasco, azote popular con la Púnica, con ramificaciones en Madrid, Valencia y León. Menos conocido, este juez fue subsecretario de Justicia con Zaplana en la Comunidad de Valencia, para ostentar con Camps otro alto cargo unos meses desde 2002. ¿Puertas giratorias o casualidades? Sea como fuere, habría que arbitrar algún procedimiento para que la duda no contamine la justicia. Fórmulas se han propuesto, pero los partidos mayoritarios no conjugan el pacto, cuando ven réditos políticos a corto plazo. La abstención del juez siempre cabe.
Pero la imagen de las puertas giratorias se emplea más para el giro de la política a la empresa privada y Soraya Rodríguez, que recuerdo es la presidenta del PSCL aunque ejerza poco y desde la distancia madrileña, la esgrimió para denunciar a dos políticos populares en su relación con Collosa. ¡Vaya!, para una vez que se acuerda de Castilla y León, siembra la duda sobre una de las empresas más solventes. Pero además de importarle poco su región, Rodríguez no es consciente de que utiliza la misma táctica, poco ética, para sus estrategias políticas. Se recuerda el aterrizaje y la espantada en el Ayuntamiento de Valladolid. Más reciente su tenaz empeño para ser nombrada presidenta de su partido y así obligar su presencia en las listas de Valladolid en las elecciones generales (Madrid sí importa), desplazando al sufrido Izquierdo a la política autonómica. Emplear las giratorias para objetivos personales la desautoriza en el magisterio ético. Mejor mirar la viga en ojo propio.