gullón

Objetivo: 1.500 empleos

La galletera espera alcanzar este volumen de trabajo cuando funcionen las nuevas líneas

Objetivo: 1.500 empleos f.heras

raúl gonzález

Es poco probable, por no decir imposible, que quien fundó Galletas Gullón a finales del siglo XIX, Manuel Gullón, atisbara a imaginar que 130 años después la compañía que asentó en Aguilar de Campoo siguiera en manos de la familia y, mucho menos, que tuviera como objetivo a medio plazo alcanzar la friolera de 1.500 empleos, tantos como vecinos residían en la villa aguilarense en el año 1900. Hoy la población de la localidad supera los 7.000 vecinos, gran parte de los cuales trabajan o tienen a algún familiar trabajando en alguna de las plantas del gigante galletero en que se ha convertido la empresa que dirige la viuda y madre de los últimos apellidos Gullón: María Teresa Rodríguez.

El pasado 15 de abril, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, inauguró oficialmente la nueva planta de Gullón, denominada VIDA. Un enorme cubo verde asentado sobre una superficie de 110.000 metros cuadrados, aunque actualmente las líneas en funcionamiento ocupan algo menos de la mitad de ese terreno. Gullón ha invertido en VIDA, hasta la fecha, 85 millones de euros. Todo ello con recursos propios, sin necesidad de endeudarse, gracias a la política de reinversión de beneficios que viene marcando desde hace años la propia María Teresa Rodríguez con el apoyo de quien fija el rumbo estratégico y empresarial de la empresa desde finales de los años ochenta: el director general, Juan Miguel Martínez Gabaldón.

Para hacer funcionar las tres líneas que actualmente están operativas en VIDA fue necesaria la contratación de 200 personas, lo que elevó la cifra total de trabajadores de Gullón a los 1.100. Muchos de ellos, vecinos de Aguilar, pero sin olvidar la gran cantidad de empleos que la galletera en otras localidades del norte de Palencia e, incluso, del sur de Cantabria. Nadie, a estas alturas, cuestiona que Gullón es el auténtico pulmón económico-industrial de la Montaña Palentina, al igual que lo es Renault en la zona sur de la provincia. La mejor noticia para el futuro de la zona norte palentina es que los planes de la empresa no pasan por el estancamiento.

El secreto, las exportaciones

Y es que el objetivo de Gullón es llegar a los 1.500 empleos cuando entren en funcionamiento todas las líneas productivas para las que ha sido diseñada VIDA. A día de hoy operan tres, pero la capacidad total es de once. Los planes de inversión anual en la planta convierten ese objetivo en real a medio plazo, en función, como no puede ser de otra manera, de la evolución del mercado y de la economía global. De momento, las cifras de negocio permiten observar ese futuro con moderado optimismo

Galletas Gullón cerró el ejercicio 2014 con una facturación de 286 millones de euros, casi 30 millones de euros más que el año anterior. Se consolida así la tendencia de crecimiento sostenido de la empresa, ejercicio tras ejercicio, durante las últimas tres décadas, en las que el ritmo de ventas ha aumentado a un ritmo anual del diez por ciento. Uno de los secretos es, como en todo producto agroalimentario que se precie, la calidad de las materias primas empleadas en el proceso de elaboración de las diferentes gamas. Calidad y cantidad, ya que Gullón consume anualmente 130 millones de kilos de harina y 35 millones de kilos de azúcar, cifras que agradece el campo de Castilla y León, ya que más de la mitad de esta harina y este azúcar salen del suelo de esta comunidad.

Inversión en investigación

Pero hay más secretos que explican el milagro de la empresa galletera familiar con más solera de España. Uno de ellos en la continua inversión en investigación e innovación, una constante desde mediados de los 80 que ha situado a Gullón a la vanguardia del sector en cuanto al lanzamiento de gamas del segmento saludable, con una cuota de mercado en España que supera el 30%, haciendo bueno aquello del que da primero, da dos veces.

Pero si hay una razón que explica el crecimiento imparable de Gullón, aún en tiempos de crisis, es la internacionalización. Las exportaciones de la compañía alcanzaron el año pasado el 35% de la facturación total, una cifra récord que se obtiene de la venta de productos en 110 países de Europa y Asia, principalmente. Son los mercados exteriores los que han compensado, estos últimos años, el estancamiento del consumo interno, que el año pasado cayó un 0,6%. Una capacidad de vender galletas en el extranjero que, a buen seguro, tampoco se le pasó por la cabeza al Manuel Gullón.

Objetivo: 1.500 empleos

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