nutrición
¡Más carne por favor!
La ingesta de proteínas de alto valor biológico es indispensables para el aporte de los 20 aminoácidos fundamentales para la vida
Se aproxima la llegada del buen tiempo, las vacaciones, el cambio de armario, y la obsesión que año tras año se repite por querer lucir una figura que nunca tenemos pero que siempre se anhela. Los gimnasios empiezan a estar de bote en bote, y las farmacias dedican gran parte de sus consultas a informar sobre productos adelgazantes, anticelulíticos,... ¿«mágicos»?. Es el momento de las dietas milagro que prometen resultados espectaculares con esfuerzo muy reducido, pero con altos costes para el bolsillo, en primer término, pero lo más importante, para la propia salud del individuo.
Una de las ideas que lleva manejándose en este tipo de modelos nutricionales es la idea de potenciar el consumo de proteínas eliminando completamente otros grupos de nutrientes de la dieta, que poco más algunos califican de «pecado».
«En nuestras consultas a veces optamos por dietas proteicas, donde primamos estos nutrientes, no obstante son los que denominaríamos los ladrillos de nuestro organismo», explica el jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Daniel de Luis. Sin embargo, este experto alerta del peligro de eliminar por completo cualquier nutriente, «porque aunque pueda ser recomendable reducir la ingesta de hidratos de carbono, en cualquier caso sí deben formar parte de una dieta equilibrada».
Orígen proteico
Por otro lado, cabe destacar la importancia de distinguir el origen de las «afamadas» proteínas. «Aquellas que derivan de animales son las denominadas de alto valor biológico y resultan imprescindibles para la vida, en cuanto son las encargadas de aportar los veinte amoniácidos básicos para el ser humano», asevera este médico.
Por otra parte existen las de origen vegetal que por su valor biológico más bajo «podrían resultar, por sí solas, deficitarias en algunos aminoácidos». En lo que se refiere a la cantidad apropiada de proteínas que debemos consumir, el doctor De Luis conseja una proporcionalidad de «un gramo por kilo de la persona, al día».
En cuanto a la disasociación de nutrientes, el motivo por el que en las dietas con mayor ingesta de proteína se restringe la cantidad de hidratos de carbono responde a generar un proceso «denominado cetosis, que ayuda a la queda de grasa», explica este experto nutricionista.
Además, en cualquiera de los modelos de dieta que un profesional «recete» a una persona con problemas de sobrepeso, «siempre debe consumirse vegetales, ya que la fibra genera un efecto saciante que ayuda en la pérdida de apetito, y además aporta beneficios en patologías como el colesterol o en problemas con los niveles de ázucar en sangre», añade Daniel de Luis.
Una de las cuestiones que despiertan mayor polémica o preocupación a la hora de «ayudarnos» a adelgazar es la utilización de productos elaborados. «Siempre que estos productos nos informen de su composición, el origen de la proteína y su porcentaje, y estén avalados por los controles sanitarios oficiales, pueden ser recomendables incluso ayudar en la adherencia a la dieta», aconseja este experto, «sin olvidar que a veces al consumir productos frescos, éstos pueden presentar un alto contenido en grasa también».
En cualquier caso el doctor De Luis recuerda a todas las personas que acudan a un profesional sanitario especializado en cuestiones de nutrición, de la misma forma que se acude a otro tipo de especialistas. «Una dieta protéica puede ser muy saludable para un individuo, pero pero por ejemplo para alguien con insuficiencia renal podría ser muy perjudicial», explica.
Valoración de riesgos
«Un profesional siempre hará una valoración de riesgos en el paciente como el cardiovascular, por ejemplo, y planteará objetivos realistas», añade De Luis, alejados en cualquier caso de esas promesas publicitarias de «adelgace 30 kilos en 4 meses». «Siguiendo dietas responsables con la salud y dirigidas por un sanitario, la reducción de más de 15 kilos se plantea como algo muy complicado», comenta este doctor, «situándose en unos valores de 0,5 y 1 kilo por semana», los objetivos más razonables.
Para el doctor Daniel de Luis resulta imprescindible acompañar estas dietas con la actividad física. «La OMS habla de acumular a lo largo de la semana entre 160 y 180 minutos de actividad aeróbica», comenta este sanitario, «siendo válida la caminata a un ritmo que dificulte poder mantener una conversación». También resulta recomendable, como aporte extra, hacer ejercicio destinado a la notificación muscular, «ya que potenciar la masa muscular conlleva de forma directa un mayor desgaste calórico, en lo que se denomina científicamente un incremento del gasto energético vasal que el organismo genera hasta cuando estamos en reposo», explica el doctor.