punto de vista
Ninguna duda
Ni está siendo una precampaña fácil para el PP, ni mucho menos lo va a ser la campaña electoral que está en puertas. Demasiados problemas en el partido con la corrupción, que es lo que más hartos tiene a los españoles y frente a ello, sólo hay una respuesta: contundencia y asumir responsabilidades.
Si la investigación a Rato ha sido un mazazo de grandes proporciones para todo el Partido Popular, las sombras sobre el costo final del edificio de la Consejería de Economía en Arroyo de la Encomienda, la compra de terrenos por este mismo departamento en Portillo y la denuncia a Anticorrupción por una presunta trama eólica que podría haber generado pingües beneficios para dos exaltos cargos de esta Consejería, son una losa inmensa para los populares en nuestra comunidad. Las denuncias son lo suficientemente graves como para no andar con juegos de palabras, por lo que se exige una actuación contundente que aclare las cosas. No hay dobleces, la sociedad está harta de los tejemanejes de unos pocos que dañan la imagen de todos los políticos y sus partidos. Y no todos son corruptos. Al contrario, lo son una minoría a los que hay que desenmascarar y echar de la vida pública sin contemplaciones. La transparencia exige todas las explicaciones posibles y parece que Tomás Villanueva está dispuesto a darlas en la Diputación Permanente de las Cortes, pero es que además de las palabras hay que exigir que se persiga a los autores, si es que los hay, de tanta tropelía como se está comentando.
Herrera siempre ha presumido de que Castilla y León estaba libre de corruptelas y por eso su Gobierno está obligado a dar cuantas explicaciones públicas sean pertinentes para aclarar lo que ha pasado y, si de verdad ha pasado, debe actuar con mano dura, caiga quien caiga, y poniendo a disposición de la justicia toda su colaboración para perseguir lo que, de confirmarse, serían graves delitos.