entrevista
Amaya Arzuaga: «Vivo con los pies en la tierra»
La diseñora ha sido galardonada con el Premio Castilla y León de las Artes
La diseñadora burgalesa Amaya Arzuaga ha recibido el Premio Castilla y León de las Artes 2015 por la originalidad de sus creaciones y su arraigo a esta tierra que ha paseado por las mejores pasarelas de todo el mundo.
-¿Se siente profeta en su tierra?
-Un poco sí, aunque como es un premio que no es específico de moda no te lo planteas. Pero los premios siempre vienen bien y si te lo dan en tu casa mucho mejor.
-¿Cada colección es como un lienzo en blanco o, en su caso, en negro?
-Sí es la página blanca del escritor pero nosotros tenemos que hacerlo como mínimo cada seis meses para presentar cada colección. Para no enfrentarte a ese lienzo en blanco, lo que haces es coger la última idea del desfile anterior y empezar a darle vueltas porque un desfile siempre sabes cómo empieza y nunca cómo acaba. Cuando llevas tantos años no siempre te salen las ideas de forma espontánea.
-¿Cómo ha sido su evolución a lo largo de tantos años en el mundo de la moda?
-Se consiguen cosas, se pierden otras por el camino... Llevamos unos años muy malos económicamente hablando y ha habido mucha evolución en el mundo de la moda y de la ropa, antes no existía el low cost, la globalización... Nos enfrentamos a grandes retos que no siempre son fáciles de afrontar. Contenta porque sigo aquí después de muchos años, pero con los pies en la tierra porque no se sabe lo que va a pasar.
-¿Cómo se sobrevive a la crisis?
-Con mucha dificultad y volcándote en buscar mercados que no estén en crisis. Yo siempre he tenido vocación de estar fuera pero estos años no nos ha quedado más remedio que centrar el negocio fuera porque en España el mercado está parado. Nosotros vendemos en 37 países, incluso en Australia, y ahora el motor de nuestra empresa está en Asia y Oriente que son los que más poder adquisitivo tienen.
-¿Esa internacionalización condiciona los diseños?
-El diseño es el mismo. En Arabia te lo van a pedir todo largo, en Japón igual. Sorprendentemente lo que más vendo en España es lo mismo que en Tokio, con matices y diferenciando cómo lo combinan pero, lo que gusta, gusta en todos los sitios.
-¿Ve la salida o indicios de recuperación?
-De todo se sale, pero no se sabe cómo porque todo ha evolucionado, los mercados, los hábitos de la gente... La recuperación se supone que está ahí, todavía no lo notamos, pero las consecuencias de la crisis todavía están por ver y yo creo que no lo sabe nadie.
-¿Se sigue valorando la calidad y creatividad o todo depende del precio?
-Hemos tenido tanto tiempo de recesión y la moda no deja de ser un lujo de lo que se prescinde. El low cost es funcional pero ahora todo el mundo, tenga o no poder adquisitivo, se ha acercado al low cost, lo que a nosotros nos hace daño. A esto hay que añadir que el low cost nos copia. Eso está muy mal porque no lo necesitan y podrían crear sus propias tendencias. Si tú haces un vestido y lo ves en una tienda muy barato, la gente no te lo va a comprar a ti. Ahí sí que le pediría a la industria low cost que nos respete.
-Ha sido muchas ediciones madrina de la Pasarela de la Moda regional, ¿cómo ve el sector en la comunidad?
-Como en todos los sitios, atravesando momentos complicados. Pero hay gente que hace cosas muy interesantes e industrias que están muy bien, así que esperanzados a que haya un futuro mejor.
-¿Qué le hace falta a la moda nacional y regional para seguir creciendo?
-Industria. Porque muchas veces va por un lado la moda e industria, pero se deben unir. Ahora entramos en que fabricar aquí es caro... Encontrar la fórmula es difícil. Lo que tiene que hacer un diseñador es tener una identidad, intentar fabricar a los precios más razonables posibles, y dar algo al mercado que no tenga para poder vender porque tenemos un espacio muy pequeño y hay que afrontarlo desde la diferenciación.
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