medio ambiente
Las lagunas de Lastras y el río Ucero, claves en la lucha contra el cambio climático
El Plan español para atajar este fenómeno plantea actuar en ambos parajes
Fenómenos meteorológicos extremos, falta de agua potable, inundaciones, sequías, daños en las cosechas, extinción de animales y plantas... Son algunos de los efectos que los expertos advierten del cambio climático. Evidencias como el aumento de la temperatura global y del nivel de mar ponen sobre la mesa que este fenómeno, aunque aún lejano en términos catastróficos, ya es una realidad. Ante esta situación, Naciones Unidas estableció el «principio de precaución» a partir del cual se llama a los países a no quedarse sentados a esperar a que las olas de calor y copiosas tormentas arrasen sus pueblos, y actúen ya conscientes de que la demora se traducirá en el futuro en que las concentraciones de los gases de efecto invernadero serán menos reversibles. Pues bien, en el marco de acción emprendido por los distintos rincones del mundo, en este 2015 Castilla y León pondrá su granito de arena con dos proyectos para intentar frenar o, al menos, mitigar los riesgos de este fenómeno: la restauración de lagunas de Lastras de Cuéllar y Hontalbilla (Segovia) y el río Ucero (Soria), cuya conservación permitirá dar un modesto tiempo extra al planeta.
Ambas actuaciones forman parte del Plan del Gobierno de Impulso al Medio Ambiente para la Adaptación al cambio Climático en España que busca, por un lado, parar la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, pero también estar preparados y en las mejores condiciones posibles para una situación adversa con el fin de que los riesgos sean menores.
En este último contexto, se considera que el cambio climático es una de las presiones principales que impulsan la pérdida de biodiversidad en el mundo y que su llegada creará serios problemas para su conservación, úrgiendo a hacerlo por adelantado. En concreto, los ecosistemas acuáticos continentales están entre los más afectados y se estima que muchos pasarán de ser permanentes a estacionales y algunos lagos, lagunas, ríos o arroyos de montaña desaparecerán. Es aquí donde entran en juego las lagunas de Lastras de Cuéllar y Hontalbilla, espacios que actualmente están ya expuestos a un riesgo de degradación e incluso de pérdida debido a la escasez y la sequía, según explican desde el Ministerio de Medio Ambiente.
Para este espacio se propone recuperar la lagunas, ubicadas en el gran arenal de Tierra de Pinares, y que precisan de una inmediata restauración ambiental. La actuación se justifica en que las posibilidades de adaptación a nuevas condiciones climáticas serán mayores cuando mejor sea el estado de conservación de un rincón, de pequeño tamaño en la inmensidad planetaria pero que esconde un ecosistema único en el interior penínsular y de gran valor ornitológico.
Siguiendo con los riesgos del cambio climático, otro efecto del que se advierte es que para 2030 las aportaciones hídricas habrán disminuido entre un 5 y un 14%. De ahí, la necesidad también de cuidar de los ríos del país, que ante una mayor irregularidad de precipitaciones ocasionada por la variabilidad climática tendrán, además, riesgo de crecidas «relámpago».
En la lista de flujos fluviales a vigilar en España se cuela el Ucero, donde una de las principales acciones será la de rebordear las antiguas defensas contra inundaciones existentes, especialmente en el entorno de Burgo de Osma, donde las aguas ya se han salido en alguna reciente ocasión de su cauce. Además, se contempla la mejora de las masa de agua y la creación de pasos piscícolas en los audes existentes
La biodiversidad a parte de encontrarse en situación de jaque ante el cambio climático es también pieza clave en la lucha contra el mismo. Ponerle freno depende en buena manera de una gestión sostenible. Así, la masa arbolada, por ejemplo, se convierte en sumidero de CO2, reduciendo el efecto invernadero. En este empeño también incidirá la actuación sobre el río Ucero, que se extiende al espacio natural que le rodea -se ubica junto al Cañón de Río Lobos- incrementando el bosque de ribera y mejorando su uso social.
Los dos proyectos, valorados en 700.000 euros el de las lagunas segovianas y en 610.000 el del río soriano, forman parte de los 46 incluidos en el Plan contra el cambio climático presentado por la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, dotado con doce millones de euros.