El PP en campaña

Se supone que una de las cuestiones de la reunión de hoy de la Junta Directiva Nacional del PP sea disuadir al presidente de viajar en campaña. La presencia en Andalucía no ha resultado positiva y en Castilla y León los continuos desmarques del Gobierno regional de la política del Gobierno de la Nación no se explicarían si Rajoy visita mucho la región. Esto sería un inconveniente más a sumar a dos importantes retos que tienen los populares en la Comunidad: salvar el voto conservador y confesional que creía en los populares porque se erigían en defensores de valores religiosos, éticos y morales. Este votante no olvidará los virajes bruscos en temas sensibles del partido del Gobierno, que han encontrado respaldo en consejeros y altos cargos institucionales en busca de la centralidad. El desconcierto y enfado en este sector es grande. El otro reto, remover las cabreadas clases medias de una sociedad de servicios y de funcionarios con salarios congelados durante demasiados años, que han pagado más impuestos y perdido poder adquisitivo y bienestar.

Este panorama nada alentador se endereza con el voto rural (el PP trabaja el campo), los líos del PSCL y las escasas expectativas de C’s. En un informe interno que ha trascendido, el partido de Rivera no considera en el mejor de los escenarios obtener procurador alguno, por lo que su líder se dejará ver poco por aquí. Otra cosa son las capitales de provincia, donde sí serán llave. El PP afronta el reto de cómo hacer campaña para recuperar crédito y lograr el perdón de los incondicionales, sin acudir al voto del miedo que suponía la abstención frente a Podemos y sin hacer sangre a un partido (C’s) que puede necesitar y al que ayer una encuesta otorgaba hasta 10 escaños en las Cortes.