La Novela negra en la Universidad
SÁNCHEZ ZAPATERO Y MARTÍN ESCRIBÀ SON PROFESORES DE LA USAL y DIRECTORES DEL CONGRESO
La Universidad no puede vivir de espaldas al mundo, sino que ha de intentar comprenderlo, y dotar a los estudiantes de las herramientas y el sentido crítico suficiente para hacerlo. No tiene sentido permanecer anclados en el pasado y en la tradición sin prestar atención a lo que está ocurriendo en nuestro día a día. Y, en el ámbito de la literatura, nuestro presente no puede entenderse sin la novela negra, convertida en los últimos años en uno de los géneros narrativos de referencia, espoleado por una masa cada vez mayor de lectores críticos y por el impulso de festivales e iniciativas editoriales. Su capacidad para convertirse en protagonista de colecciones, premios literarios y fenómenos de éxito la ha convertido, sin lugar a dudas, en uno de los motores actuales del mundo editorial.
Sin embargo, hasta no hace mucho, encontrar bibliografía científica en español sobre novela negra era prácticamente una quimera. Bajo semejante carencia subyacían los tradicionales prejuicios con los que los ámbitos académicos se han referido desde tiempos inmemoriales a los géneros populares, considerados formas paraliterarias de fácil consumo, sin la calidad ni la trascendencia necesarias para ser integradas en el canon.
Afortunadamente, las cosas están cambiando. De aquella mirada elitista que concebía el género negro como «simples historietas de policías y ladrones» se ha pasado a un interés creciente por el estudio de una modalidad narrativa que ha conseguido asentarse en los ambientes académicos, insertándose de forma paulatina en los planes de estudio, siendo tema de tesis doctorales y convirtiéndose en objeto de estudio de congresos especializados como el que desde 2005 se viene organizando en la Universidad de Salamanca.
Por el Congreso de Novela y Cine Negro, que celebrará este año su undécima edición bajo el título de «Mirada crítica, denuncia social», han pasado estudiosos del género procedentes de universidades de todo el mundo. Junto a ellos, escritores, directores de cine , guionistas, periodistas, profesores, críticos, detectives, policías y hasta un delincuente rehabilitado. Sus aportaciones, que han sido recogidas en diez volúmenes de actas, han permitido reflexionar sobre la historia y la realidad de un género que no solo ayuda a entender mejor nuestro contexto, sino que también y sobre todo demuestra que, por encima de clasificaciones y taxonomías genéricas, la única división válida es la que distingue entre la buena y la mala literatura.