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Lunática fortuna

La Fura dels Baus y la Orquesta Sinfónica de Castilla y León interpretan en el Auditorio Miguel Delibes «Carmina Burana», de Carl Orff, una obra crítica que invita a transgredir las normas establecidas

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ines mogollón

«Oh, fortuna, emperatriz del mundo, voluble como la luna». Con esta invocación abre Carl Orff su Carmina Burana. La fuente original de tan lúcida máxima es una colección de poemas con música de los siglos XII y XIII que forma parte de un códice localizado en 1803 por el barón Johann Christoph von Aretin en la abadía benedictina de Beuern, en la Alta Baviera. De ahí su nombre, Codex Buranus. Actualmente, el manuscrito se conserva en la Biblioteca Estatal de Baviera en Múnich, ciudad natal del citado compositor.

El códice recoge un total de trescientos poemas, escritos en su mayoría en latín medieval, pero también aparecen citas en un rudimentario alemán y en francés, y es que los textos tienen siempre un proceder culto, escritos como fueron por monjes, estudiantes de escuelas catedralicias, peregrinos y vagabundos, goliardos que conocían bien la literatura clásica, de la que extraen temas e imágenes que ensalzan el gozo de vivir, los placeres terrenales, el amor carnal, el vino, la primavera, la belleza de las muchachas, y la inapelable caducidad de todos y cada uno de estos manjares.

No faltan tampoco ni la crítica ni la sátira, que cargan hacia los estamentos sociales, políticos y eclesiásticos y, claro está, hacía sus hipócritas imposiciones.

Carl Orff seleccionó veinticuatro poemas de la serie original, y compuso un ciclo representativo que tituló Carmina Burana entre 1935 y 1936, añadiendo un largo y descriptivo subtítulo: Cantiones profanæ cantoribus et choris cantandæ comitantibus instrumentis atque imaginibus magicis (Canciones de Beuern: canciones profanas para cantantes y coros para ser cantadas con instrumentos e imágenes mágicas).

La partitura incluye tres solistas vocales, soprano, tenor y bajo, coro mixto completo y de cámara coro de voces blancas y una orquesta con la sección de percusión aumentada. Todo macerado con mímica y ballet. Un punto de partida perfecto para la factoría de la Fura dels Baus, que representará la obra en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid el día 11 de abril. El montaje de Carlus Padrissa, estrenado la Quincena musical Donostiarra en el año 2009, acentúa ese componente coreográfico, que se amolda a la perfección con los ritmos simples y repetitivos que emanan de la percusión. Sesenta minutos de espectáculo multisensorial que anima a transgredir las normas y a disfrutar del pecado.

La escena aparece dominada por un enorme cilindro trasparente en cuyo centro se sitúa la orquesta y en el que juegan las bacantes. Sobre ese cilindro se proyecta una enorme, preciosa luna, que invita a transgredir las normas y gozar de los placeres mundanos antes de que la Fortuna gire su rueda, en una puesta en escena atávica y primaria. Como la vida misma.

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