tribuna abierta
Réplica a Pérez
No es mi propósito salir al paso de todos los que opinen sobre la versión al castellano actual del Quijote que he hecho durante los últimos catorce años, pero concurren aquí dos circunstancias. La primera: el autor del artículo «Quijote leonés» (Abc de Castilla y León, 22-3-2915), Vicente A. Pérez, no ha leído el libro que considera «un insulto a todos los millones de lectores del Quijote en su versión original» sencillamente porque no se ha publicado; y la segunda: ¿cómo resistirse a la opinión de un paisano?
Doy por hecho que Pérez ha leído el Quijote, incluso, al ser de León (o eso figura al frente de su columna), sin necesidad de ninguna de las tres a cuatro mil notas que figuran en todas las ediciones, y podrá seguir haciéndolo, si quiere. Ahora, afirmar que el Quijote tiene millones de lectores...
Uno cree, sí, que hay millones de lectores españoles o hispanohablantes que se han tropezado una y cien veces con una lengua que no hablamos ya y ni a menudo entendemos (el castellano del siglo XVII), sin que hayan podido leerlo o terminar su lectura. Desengáñese, Pérez, ese castellano del XVII, por lo demás maravilloso y que usted seguramente domina a la perfección, a muchos les resulta ya casi tan lejano como el latín. No se sabe por qué los alemanes, franceses, italianos, ingleses o los de cualquier otra a la que esté traducido, pueden leer el Quijote en sus respectivas lenguas actualizadas (quiero decir, que un francés lo lee en el francés del siglo XXI, no en una versión del XVII, que existe, como puede leer también a Montaigne (su Cervantes) traducido al francés del XXI, si quiere, o los ingleses con Shakespeare en inglés también del XXI), y a los españoles e hispanohablantes se les obliga a hacerlo en esa lengua que, insisto, apenas comprenden, si no es con esfuerzo y tenacidad, y si no tienen la suerte de ser Pérez y de León.
Mi traducción no pretende sustituir al Quijote ni… mejorarlo, como ya le leído por ahí a otros intrépidos columnistas; qué disparate. Yo ya sé que usted no lo va a leer, porque no lo necesita y seguirá leyéndolo cada año en su versión original, incluso en inglés, como Borges, pero espere a que salga el libro. Sólo son dos meses. Ha tratado uno de ser respetuoso con Cervantes hasta en su musicalidad, y espero que millones de lectores, esos que el Quijote no tiene, entren en la obra original por este libro que sólo puede ser un insulto para Pérez y los Pérez de este mundo.
Si un día nos conocemos, ya me explicará a qué viene eso de «Quijote leonés», que no entiendo en absoluto, ni eso de «buscarse los cuartos», sólo insidioso. ¿Usted qué sabe de las razones que me han atado al banco de mi galera todas las tardes de estos catorce años? No, Pérez, créame, esta es una de esas cosas que no se hacen por dinero, como tampoco, seguramente, habrá podido escribir usted por dinero la columna de la que nos hemos ocupado ahora.
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