«Donde hay agravios no hay celos» o simplemente, cómo no desperdiciar la vida

«Donde hay agravios no hay celos» o simplemente, cómo no desperdiciar la vida guillermo casas

h.díaz

La Compañía Nacional de Teatro Clásico lleva al Calderón de Valladolid su última producción «Donde hay agravios, no hay celos», una comedia, «un poco excéntrica» en palabras de la directora de la agrupación, Helena Pimenta, pues «intenta sacar de su centro» a los personajes, que «cogen caminos complicados» para reírse de sí mismos.

La compañía clásica rescata así el texto que Fernando de Rojas Zorrilla escribió en el siglo XVII cuando apenas contaba con 30 años y que pese a ser una de las comedias «más interesantes», según Pimenta, se le perdió la pista a partir del siglo XIX, quizá porque se salía un poco de los cánones de la época. «Hay una gran originalidad en la obra. Es como si a sus ocho personajes, que parten de ser tipos para convertirse en personas, les hubiese cogido un autor contemporáneo», señaló el actor Fernando San Segundo, que ha versionado también este montaje clásico, cuyo objetivo principal es invitar al espectador a «no desperdiciar la vida». El montaje, definido por Jesús Noguero, otro de sus intérpretes, como «fresco y divertido», llega a Valladolid con el respaldo del público y la satisfacción de estar «captando nuevos espectadores», indicó ayer durante su presentación la también actriz Natalia Millán.

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