punto de vista
Velando armas
Ya no puede faltar mucho para que el PP cierre sus candidaturas a los Ayuntamientos. Es frecuente escuchar, eso sí en voz baja, críticas en las organizaciones locales ante una situación que no aciertan a entender. A estas alturas del calendario consideran un error no tener las listas cerradas, porque se está perdiendo un tiempo precioso para presentar su oferta electoral, máxime en un momento en el que cada voto que se consiga es un tesoro. No lo comprenden porque son conscientes que una prioridad absoluta para el partido debe ser la movilización del electorado abstencionista, y este retraso y el sistema de elección que se utiliza, no es lo más adecuado para los tiempos actuales.
Está claro que la designación de Antonio Silván para la Alcaldía de León ha sido una enorme sorpresa en las provincias de la Comunidad y genera un compás de espera, no exento de tensión, en plazas que aún no tienen un candidato definido. En Valladolid la cosa es diferente, porque todo depende de la decisión que adopte Madrid sobre la propuesta de Javier León para repetir en las elecciones de mayo.
El PSOE introduce ahora en sus listas la norma de «un hombre, un cargo», consciente de que los ciudadanos intentan ver síntomas de cambio en los partidos tradicionales. De esta forma empieza a dibujar su campaña en Castilla y León en la que tiene que esforzarse por conseguir atraer el voto de la izquierda para su formación. Tendrá que hacer mucha pedagogía para neutralizar lo que avanzan las encuestas.
No va a ser una campaña fácil y el carácter bronco del último debate en las Cortes regionales planea sobre el estilo de lo que podemos ver en estos días. A nadie beneficiaría una pelea de descalificaciones e insultos, porque este es un espectáculo del que ya están muy hartos los ciudadanos.