proyecto solidario
MiniChefs de «corazón»
Los alumnos de la Escuela de Hostelería ayudaron a recaudar fondos para la Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos
Los niños nos demuestran a diario sus ganas de superación personal y profesional. Su empatía con los problemas de los demás y su afán por mejorar el entorno que les rodea. En este contexto, la Escuela de Hostelería de Salamanca ha querido implicar a sus pequeños chef en un proyecto solidario en el que estos pequeños maestros de los fogones han trabajado para la recaudación de fondos destinados a Pyfano, la Asociación de Padres, Familiares y Amigos de Niños Oncológicos. Coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Niño con Cáncer, surgió por parte de los responsables de la Escuela de Hostelería salmantina la posibilidad de desarrollar una cena solidaria para recaudar fondos para la asociación.
Bajo la supervisión de los profesores del centro se elaboró un menú pensado para el desarrollo de estos «minichef» y su elaboración en directo en el mismo momento de la cena.
Los alumnos de los diferentes cursos de cocina de niños fueron los encargados de preparar una suculenta cena a base de crema de calabaza con peras de mozarella, chipirones en su tinta con arroz, carrilleras en salsa de chocolate y pera y como postre un brownie.
Reservas al completo
Las reservas se agotaron a los pocos días, para un total de sesenta comensales que abonaron veinte euros por una cena que fue supervisada por los docentes de la Escuela y servida por los alumnos de Sala bajo la coordinación del Jefe de esta área.
Los días previos a la cena, que se desarrolló el pasado 13 de febrero, estuvieron marcados por los nervios de los pequeños cocineros. Este es el caso de Adrián Redondo, de 11 años, que lleva metido entre fogones más de dos. A su juicio, «es muy bonito poder hacer una cosa como ésta y ayudar a los niños enfermos de cáncer, y encima, haciendo algo que nos gusta». De todos los platos del menú. Para este mini cocinero, las carrilleras «son las más difíciles de preparar, por lo que necesitamos la ayuda de los profesores y de alumnos de otros cursos», para que todo saliera bien.
La idea en un principio era que los pequeños sirvieran la cena, «pero como el comedor estaba lleno, consideramos que no estaban preparados aún para tanta gente, y que era mejor que lo hicieran los alumnos de Sala», apuntaron los responsables de la Escuela de Hostelería de Salamanca. Además, se optó porque fueran los cocineros los que fueran explicando a los comensales las características y procesos de elaboración: «Los niños han estado muy ilusionados y contentos a pesar de los nervios y la presión».