atención a la cronicidad
Incurables pero cuidables
Valladolid reúne del 5 al 7 de marzo a 800 profesionales sociosanitarios y más de 80 asociaciones para debatir el modelo de atención al paciente crónico
Ya se han cumplido dos años desde la puesta en marcha de la Estrategia de Atención al Paciente Crónico dentro del sistema público sanitario de la Comunidad y las voces de los agentes implicados suenan discordantes en algunos de los aspectos de su implantación. Su diseño teórico, basado en parte en otras experiencias de comunidades autónomas vecinas, parece ser reconocido como un manual adecuado a las necesidades de los pacientes crónicos. El problema surge cuando la teoría debe llevarse a la práctica, donde profesionales de los diferentes niveles asistenciales, así como del tercer sector y del movimiento asociativo reconocen las carencias de herramientas y, en algunos casos, la falta de implicación profesional en un cambio del sistema asistencial que se plantea como necesario no sólo para el paciente crónico sino para todos los usuarios del mismo.
Dentro del marco de análisis de esta estrategia cabe destacar que cerca de 800 profesionales sociosanitarios y 80 asociaciones de pacientes se darán cita en Valladolid, los días 5, 6 y 7 de marzo, para debatir y analizar el cambio de modelo asistencial en la atención de las enfermedades crónicas. Con el lema «La integración asistencial, un camino en el día a día», se celebrará el VII Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, impulsado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), en colaboración con la Junta de Castilla y León.
«Este congreso nace con la Declaración de Toledo en 2007, donde se expresa la necesidad de abordar de otra forma al paciente crónico», explica el doctor Daniel Arauzo, presidente del Comité Organizador. «Celebrar esta edición en Valladolid era una oportunidad de analizar la implantación de la estrategia en la Comunidad, pero también para saber las experiencias de otras autonomías y para compartir las formas de trabajo», añade Carmen Fernández, miembro también del Comité Organizador.
Programa científico
El programa científico de esta edición superará al anterior congreso de Sevilla, y destaca que en esta ocasión incluye la celebración de la II Conferencia del Paciente Crónico. «El diseño del encuentro contempla la participación de todo tipos de profesionales del ámbito sanitario y social, de ahí el lema centrado en la integración que es la base de nuestra estrategia de la cronicidad», explica Carmen Fernández.
Pero además, el doctor Arauzo destaca el importante papel que se ha querido conceder a las entidades sociales y asociaciones de pacientes, «quienes han participado en el diseño del programa científico y que contarán con su propio espacio el día 6, pero con una presencia notable en el resto de jornadas».
El papel de la asociaciones es clave para fomentar un mayor protagonismo en el autocuidado del paciente y esto es un valor añadido y un potencial en este tipo de congresos. «Los grandes objetivos de todas las estrategias de crónicos es asegurar la continuidad asistencial pero también el promover y potenciar la autonomía del paciente, con la prevención y el autocuidado», concluye la doctora Fernández.
«Cuando hablamos de pacientes hay que saber que no sólo son los que tienen la enfermedad sino también el cuidador informal, sobre todo en los pacientes más complejos», recuerda Daniel Arauzo.
Ésta es una de las ideas que también se desarrolla en la Estrategia Regional de Atención al Paciente Crónico, «y por ello hay que destacar la importancia de esa prevención, ese autocuidado y el papel tan destacado que están comenzando a tomar las asociaciones de pacientes», añade Fernández. Desde el diseño del Congreso hasta la propia estrategia asistencial, la voz de las entidades asociativas empieza a adquirir un cierto protagonismo a pesar de las enormes diferencias que cada colectivo de pacientes presenta y que, en principio, podría plantearse como un problema a la hora de dar una respuesta adecuada a sus necesidades.
«La estrategia diferencia en su planteamiento a las personas con una patología, de aquellas que presentan varias, y los casos en que la enfermedad genera más dependencia y mayores necesidades, no sólo sanitarias sino también sociales», explica Daniel Arauzo, quien también reclama que sean los profesionales quienes deban saber orientar sus intervenciones en función de las necesidad diferenciadas de cada paciente. El elemento diferencial de la estrategia regional parte en que el centro de la intervención es el paciente y no la patología, «de forma totalmente integral, orientada a la necesidad de cuidados», aclara la doctora Fernández.
Fases asistenciales
En cuanto a la visión más global de esta nueva forma de afrontar las tareas de asistencia a los pacientes, la intervención se desglosa en tres fases.
Por un lado, la intervención basada en la promoción de la salud, a través de la formación y las campañas de prevención, entre la población que todavía no está enferma. El segundo paso, se centra en la detección precoz de las patologías para evitar el progreso inadecuado. Y por último, cuando las necesidades son mayores por la pluripatología que presenta la persona «se ha diseñado una estrategia específica donde, a pesar de presentar características diferentes cada paciente, todos comparten necesidades comunes», comenta Fernández. El objetivo: evitar que se pierdan por el sistema y fomentar que, en la medida de lo posible, la persona permanezca en su medio.
Para ello, el Servicio de Salud de Castilla y León contempla la creación de unidades coordinadas entre ellas, tanto entre Atención Primaria como el nivel hospitalario, pero además con los servicios sociales, «pero de forma que el paciente tenga un profesional de referencia que le ayude y facilite su tránsito por el proceso asistencial».
Hasta ahora el paciente que presentaba varias enfermedades era atendido de forma estanco en cada una de ellas, sin comunicación entre los diferentes profesionales sanitarios. A partir de la implantación de la Estrategia Regional a la Cronicidad se presta atención al paciente complejo, «porque la experiencia nos había enseñado que el abordaje de forma conjunta obtiene mejores resultados, tanto en el paciente y su entorno como en el propio sistema socio sanitario», explica Carmen.
La situación de crisis en la que nace esta nueva forma asistencial y la falta de recursos se presentan como una de las barreras que los profesionales y el sistema se ven obligados a afrontar. «En cualquier caso que no haya presupuesto para el desarrollo de herramientas adecuadas es un gran handicap para esta estrategia, pero lo más importante es que los profesionales nos impliquemos en este nuevo modelo que refleja nuevas necesidades de pacientes diferentes a los de hace 20 años», reclama el doctor Arauzo, quien recuerda la necesidad de alianzas y coordinación entre todos los implicados en el proceso.