sucesos
El caudal del Nela baja y da un respiro a los vecinos de Villarcayo
Los alumnos vuelven a las aulas aunque sin calefacción porque el agua ha dañado el depósito de gasoil del colegio del pueblo
El caudal del río Nela, uno de los afluentes del Ebro, ha bajado considerablemente durante la noche dando una tregua a los vecinos de Villarcayo (Burgos) que hoy viernes retoman las tareas que ayer no pudieron llevar a cabo. En estos momentos el caudal se sitúa en 1,12 metros cúbicos por segundo y la marca ha bajado de 3,60 metros a menos de tres, según confirmó a Ical la alcaldesa del municipio, Mercedes Alzola.
La noche ha sido tranquila en la localidad, después de ayer jueves se viviese otra «histórica» jornada tras superar la marca de 3,60 metros y un caudal de 1,60 metros cúbicos de segundo. El agua anegó las calles, comercios e impidió que las los alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato pudieran acudir a las aulas.
Hoy el panorama es bien distinto. «Creemos que ha pasado lo peor porque el caudal ha bajado mucho», explicó la alcaldesa, que entiende que los acontecimientos de ayer y de hace unas semanas «están fuera de lo normal». Asimismo, avanzó que tanto el colegio como el instituto de la localidad abrirán hoy sus puertas para poder «ofrecer normalidad» pese a que el agua todavía sigue presente en algunas calles, las menos.
«Toca evaluar los destrozos, pero el agua ni nos está dejando», apostilló. Así, del episodio de avenidas de ayer el espacio más castigado por el momento ha sido el colegio público de Villarcayo donde los niños hoy no podrán tener calefacción. «El agua ha dañado el depósito de gasoil», indicó Alzola, quien destacó que se lleva trabajando desde primera hora para restablecer la calefacción en las aulas.
Mes para la historia
La regidora municipal entiende que febrero de 2015 será un mes para la historia» en la reciente crónica de Villarcayo. Así, cree que lo que ahora toca es hacer una evaluación exhaustiva de todos los caminos rurales, zonas agrícolas, calles, bajos, locales y otros espacios que hayan podido resultar dañados por el agua.«Yo no he conocido nunca una cosa igual», sentenció la alcaldesa
