cultura
Ana Isabel Gallego: «La era digital hace que el público infantil se pierda antes»
Teloncillo recibe hoy de manos de los Reyes el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud
Llevan más de veinte años «peleando» para arrancar la sonrisa a los más pequeños desde el escenario. Esa «dilatada trayectoria» ha hecho a la compañía de teatro infantil Teloncillo cargarse de responsabilidad sin perder un ápice de «ilusión y entusiasmo». Queridos entre los vallisoletanos desde hace mucho tiempo -nació en 1976, aunque fue retomada por sus actuales componentes en 1996-, hoy el reconocimiento les llega en forma de galardón: el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud, correspondiente a la edición de 2013, que recibirán de manos de los Reyes: «Es un honor», sostiene la directora de la compañía, Ana Isabel Gallego, quien cree que la concesión, además de valorar su trabajo, «pone en su lugar el arte dirigido a los niños», que a su juicio, «no siempre es lo suficientemente valorado».
Dos décadas dan para lidiar con dificultades y también para muchas satisfacciones. ¿La mayor? «Trabajar en lo que más nos gusta, a pesar de la crisis», sostiene Ana Isabel Gallego. En este tiempo también han visto cómo han ido cambiando las generaciones de niños: «Nuestro público es cada vez más chiquitín», constata la directora de Teloncillo, quien, junto a su compañero Ángel Sánchez, vio en ello una oportunidad para trabajar con la primera infancia: «Ves en el patio de butacas a niños de dos o tres años porque sus padres quieren que vean teatro». No obstante, también han constatado cómo los pequeños se desprenden antes de su inocencia: «La era digital ha provocado que los niños se pierdan antes para las artes escénicas. Fascinados con las maquinitas, se rompe la magia», detalla la directora, quien cree que esto les «anima» a ponerse aún más «las pilas».
Más que princesas
Montajes como «Nidos», «Azul» u «Otto» demuestran que sus espectáculos van más allá de dragones y princesas. «Nuestro compromiso es ir revisando los clásicos porque la sociedad ha ido evolucionando: hay cambios en el lenguaje, en cómo se mira a la mujer...», apunta la también productora, quien cree que esta vuelta de tuerca no tiene por qué trastocar el trasfondo de los cuentos clásicos», aunque siempre tratan de evitar «añoñarlos» porque cree que es «malo»: «A los niños hay que tratarles de tú a tú, seriamente, y hay que hablarles correctamente porque están aprendiendo».
Esa forma de abordar sus montajes, así como la «accesibilidad de sus espectáculos, en los que se conjugan diferentes disciplinas escénicas» y su conexión con Latinoamérica - a donde acuden cada año- son algunas de sus facetas que valora el reconocimiento. Un nivel artístico que Ana Isabel Gallego considera que comparten muchas compañías de Castilla y León. «Tenemos unos valores impresionantes de artistas, escritores, dramaturgos, escenógrafos...», defiende. Asimismo, destaca los múltiples «eventos» de la Comunidad. Citas como Titirimundi o la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo «hacen del arte una necesidad». Por ello cree que «los políticos no deberían bajar la guardia y cometerían un error no apoyando a los artistas de su comunidad. Somos un valor añadido».
Así lo demuestran espectáculo tras espectáculo tratando de captar nuevos públicos y participando en iniciativas como «El Calderón en pañales», el festival de artes escénicas para bebés que organiza el teatro vallisoletano. «Estamos viendo crecer a un montón de niños en la ciudad y eso nos hace crecer a nosotros», concluye.