«Agobia llevar tres días sin poder salir»

Álvaro Fernández ha estado tres días sin salir de casa. Casi 72 horas incomunicado por carretera, a pesar de tener a ocho kilómetros la autovía A-67 que conecta la Meseta con Cantabria, y otra vía -la N-627- a tan sólo tres y que lleva hasta Burgos. Vive con su mujer y sus dos hijos de corta edad en Pomar de Valdivia, un pequeño municipio palentino situado a ocho kilómetros de Aguilar de Campoo. Su medio centenar de habitantes no estaba acostumbrados a quedarse bloqueados por la nieve, como sí ocurre todos los inviernos en los pueblos más altos de la Montaña Palentina. Por eso, al principio «te hace gracia», pero luego, al tercer día de no poder salir de casa, «estábamos un poco agobiados». Los neveros de dos metros y las puertas y ventanas bloqueadas por la nieve lo ponían muy difícil. «Aquí hay gente mayor pero si hubiera pasado algo era imposible llegar hasta ellos». De hecho, Álvaro fue el jueves casa por casa, con la nieve hasta la cintura, para comprobar que sus vecinos no estaban pasando por dificultades.

Sus hijos, de cinco y nueve años, tampoco han llevado especialmente bien lo de no ir a clase. «Les he tenido que equipar y sacarles a la puerta porque ya se subían por las paredes», asegura. Afortunadamente, ayer a media tarde, un tractor con una pala pudo abrir la carretera y, ya de paso, llevar pan fresco que los más jóvenes han ido repartiendo a los vecinos, a la espera de ver qué sucede durante la noche y con qué se encuentran al amanecer. De momento, se queja de que «las cosas no han funcionado como debieran» y lamenta que «no se haya hablado de nosotros, sólo de la autovía, cuando hay 14 pueblos, todos alrededor de Aguilar, que hemos estado tres días sin poder movernos».

Y si en Pomar de Valdivia la situación había mejorado al menos durante unas horas, no pueden decir lo mismo en las localidades de la Montaña Palentina situados en la llamada Ruta de los Pantanos que une Cervera de Pisuerga con Velilla del Río Carrión. Allí una pareja, Rafa y Ana, que regentan un albergue en Triollo, llevan tres días incomunicados, sin luz y sin teléfono. La luz llegó a última hora de la tarde de ayer, después de que efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) consiguiesen abrir la carretera para que los técnicos de Iberdrola pudiesen reparar la avería. Hasta entonces, Alba de los Cardaños, Cardaño de Abajo, Vidrieros y Triollo, han estado sin luz.

El padre de Rafa relataba a ABC desde Palencia las dificultades para contactar con su hijo, con el que apenas podía hablar gracias a un teléfono móvil que tienen que «llenar» la batería del móvil con un cargador de coche que prestan a otros vecinos. «Ellos están bien», asegura, pero hay otros vecinos que están pasando dificultades, como un señor de avanzada edad que se había quedado sin oxígeno y que esperaba que llegara con la apertura de la carretera. También se queja de que «no es normal que llevemos tantos días incomunicados».