NO SOMOS NADIE
De querindong@s
La piqueta contra el Archivo de Salamanca se levanta en ristre cada semana por parte de los enemigos de la cultura –robar documentos y destruir un Archivo Nacional por razones políticas es saqueo y culturicidio repugnantes–, y por parte de los políticos más detestables, trincones e inestables de la España invertebrada. El martes pasado, sin ir más lejos, salió en Barcelona un manifiesto que rubrican los integrantes de la «Comisión de la Dignidad». Otra chorrada progresista más al bote. Como en las viejas brigadas internacionales, a un centenar de extranjeros se les han unido cinco habitantes de Castilla y León –4 profesores rendidos al nacionalismo catalán y una podemita de IU con aires de guerrillera Tania Vaciamadrid– para hacer carrera política. Los profesores han sido desautorizados por la propia Universidad de Salamanca: «nadie puede hablar en nombre de los profesores de la USAL».
Esto el martes. Y el viernes pasado –o sea, antier–, nos enteramos de lo que el Ministerio de Cultura oculta, con vergüenza y alevosía, a todos los españoles: las miserias de la última operación salida en el mes de diciembre. Y esto se hace en virtud de una orden ministerial que reza así: «Orden Ministerial de autorización de traslado y transferencia de documentos y otros bienes del Patrimonio histórico español en aplicación de»... la ley zapateril infame con la que Rajoy y Wert parecen levitar como si fueran doncellitas en trance.
¿Y qué desarrolla en concreto esa ley ministerial? Pues cómo se hace la transferencia de un puterío político español –Zapatero en estado puro que no creía en el concepto ni en la realidad española– a un lupanar nacionalista que pretende destruir España. Pero ojo pirojo, porque parece un traspaso entre querendong@s que, encima, hemos pagado la cama a cuentateja todos los españoles. ¿Cuánto valió el traslado a Cataluña de los últimos papeles? No se sabe. Pero cito textualmente la Orden: «una póliza de seguros clavo a clavo de los bienes a transportar por un importe de 960 mil euros». ¡Qué vergüenza prostitucional y de las jons!
Item más. En la secreta orden ministerial, que firma el nuevo Director General de Bellas Artes y de no sé cuántas cosas más que incluyen la jefatura del movimiento en Archivos y Bibliotecas estatales, se añade que esos documentos forman parte del «patrimonio histórico español», y que dicho traslado se hará por huevos, pues «si resultara necesario se prestará asistencia por parte de las fuerzas y cuerpos de la seguridad del estado». Qué jeta de meretricio basado en una ley infame, qué clase de voluntad envilecida, qué humillación histórica, qué ramería en camas compartidas. Juan Ramón Jiménez lanzó una maldición gitana contra los profanadores de archivos: «Malditos los que, en lo futuro... no respeten mi orden y mi selección, los que los alteren en una coma voluntaria». Que así sea. ¡Malditos!