sociedad
Segovia rechaza el cambio de nombre de una de las vías principales de la ciudad
El pleno debate hoy eliminar Fernández Ladreda, situada junto al Acueducto

Céntrica, peatonal desde que en 1992 los coches dejaron de atravesar los ojos del Acueducto, a los pies del milenario y famoso monumento, punto de encuentro de innumerables citas cada día, comercial... Así es la avenida de Fernández Ladreda, una de las calles más concurridas y conocidas de Segovia cuya denominación -que ha dado nombre a más de un negocio y lleva en el letrero los apellidos de quien fue nombrado Hijo Predilecto y tiene la Medalla de Oro de la ciudad- puede tener los días contados.
Hoy puede ser el último de ese cartel que luce desde hace años. El pleno del Ayuntamiento debate el cambio del nombre de calles «en aplicación» de la Ley de Memoria Histórica de 2007. Son una veintena los emplazamientos afectados en la capital -algunos ya cambiados-, pero es esta céntrica vía la que está causando más problemas e incluso puede transformarse en un revés para la alcaldesa, la socialista Clara Luquero.
Por un lado, porque los vecinos no son partidarios del cambio por los trastornos y gastos que genera, considerados también como «innecesarios» en «este momento» por la Federación Empresarial Segoviana. De los 300 consultados para que ver qué nombre sustitutivo querían, sólo 44 apoyaron la opción Acueducto, nueve optaron por San Clemente (en ella hay una iglesia así llamada), pero fueron 200 las firmas recogidas en contra del cambio. Entre los rubricantes opositores, el propio exalcalde Pedro Arahuetes, ahora con un despacho de abogados en esta vía y quien en diciembre de 2011 votó en el pleno que entonces presidía a favor de iniciar el expediente administrativo encaminado a eliminar del callejero segoviano nombres vinculados a la Guerra Civil y el Franquismo.
Pero desde entonces poco se movió en lo que a Fernández Ladreda se refiere, y eso que el cambio del nombre de calles fue uno de los puntos acordados con el único edil de IU para que Arahuetes se aferrase otra legislatura más a la Alcaldía, a pesar de la minoría del PSOE. Pero ahora el exalcalde, quien cedió el testigo en abril a Clara Luquero, justifica para su rechazo en que no cuenta con el apoyo necesario de los vecinos. Recuerda que él sí lo tuvo en cuenta cuando sus planes de cambiar el nombre a otras calles dieron también al traste por la oposición de los segovianos.
Fue un «golpista», defiende la alcaldesa para elevar al pleno la cuestión, rescatada del baúl de los recuerdos del concejal de IU, Luis Peñalosa, cuando vio que de nuevo su voto era imprescindible para que Luquero se hiciera con el bastón de mando.
Minoría
Con la legislatura apurando sus últimos meses y a cuatro meses de las elecciones, la alcaldesa se enfrenta a la oposición de los vecinos y -segundo revés- ni siquiera las tiene todas consigo para sacar la iniciativa adelante en un pleno que se prevé caldeado. El equipo de Gobierno lo forman 11 concejales de los 25 de tiene el Ayuntamiento. Ni siquiera con el apoyo de IU lograría la mayoría, por lo que será necesario el voto de calidad de la regidora después de que el polémico y crítico Javier Arranz abandonase la disciplina del Grupo Socialista -que hoy se formaliza también en Pleno- y ya haya anunciado a través de su web una enmienda de totalidad al punto en cuestión que augura su voto en contra. Aunque, como Arahuetes, votó a favor de iniciar el expediente administrativo, ahora reclama una consulta popular y un estudio más amplio.
También rechazo del PP, que ya se opuso a iniciar el expediente e incluso se plantea llevar el asunto al Contencioso-Administrativo.
Desde el Foro por la Memoria de Segovia, en declaraciones a Ical, consideraron que caminar por la avenida Fernández Ladreda supone «una humillación diaria» para las víctimas de la Dictadura. Aunque muchos ciudadanos han sido conscientes de la vinculación del militar y científico con el Régimen por el revuelo causado.