nuevas técnicas
Salamanca, pionera en el implante artificial cardiaco en una mujer
La paciente ha recibido el alta y presenta una evolución «muy favorable»
El pasado 16 de diciembre se llevó a cabo en el Complejo Asistencial de Salamanca, y por primera vez en Castilla y León, la implantación de un ventrículo artificial a una mujer de 73 años, siendo a su vez también la primera vez que se realizaba en España una intervención de estas características en una paciente femenina.
Menos de un mes después de la delicada operación, la paciente ya está dada de alta «con una evolución muy favorable y se encuentra muy bien dentro de su situación» tal y como confirman desde el Servicio de Cardiología del Hospital salmantino. A partir de ahora, y con los cuidados pertinentes la mujer podrá hacer «una vida relativamente normal, con sus cuidados, como miles de personas, pero se ha ido muy contenta», subrayan.
La delicada intervención se planteó hace un par de meses por parte del equipo que la trataba en el Complejo Asistencial después de que sufriera el pasado verano un infarto «bastante extenso» en la cara anterior del corazón, según declaraba la propia enferma. Los especialistas decidieron entonces la colocación de varios «stent», pero la evolución no fue satisfactoria, llegando a tener que ingresar cada quince días para recibir tratamiento intravenoso.
Luz verde
Ante esta situación, los facultativos comenzaron a valorar otras posibilidades entre ellas la introducción de esta técnica, ya que por la edad de la paciente - 73 años- se hacía inviable un trasplante cardiaco. El Jefe de Cardiología y el gerente del Hospital pusieron la situación en conocimiento del consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, quien dio luz verde a la operación.
La intervención, la séptima de estas características que se realiza en España y la primera a una mujer, ha contado con la participación de profesionales de diferentes servicios «que se han portado todos de maravilla conmigo, no me dejan sola nada», explicaba la intervenida. Así, también lo confirmaba el jefe de Cardiología de Salamanca, el doctor Pedro Luis Sánchez, quien destacaba a la vez la «satisfacción» por el trabajo realizado y la «ilusión» con la que se ha hecho. Hasta el momento, la operación de implantar un ventrículo artificial se ha efectuado en cuatro ocasiones en Pamplona, una en Valencia y otra en La Coruña, aunque tal y como puntualizó el doctor Sánchez, casi todas ellas se han realizado como «puente» a un trasplante de corazón, excepto en un caso y el de ahora de Salamanca. Por lo que se refiere a la paciente salmantina, se trata de la primera mujer a la que se le hace esta técnica y la de más edad, además de haberse planteado como tratamiento definitivo y no como paso previo al trasplante.
Dadas las características de la paciente, una mujer menuda y de poco peso, se optó por un dispositivo de tercera generación que, por su pequeño tamaño, puede colocarse dentro de la caja torácica y dentro del pericardio. Además, y aunque es posible su implantación mediante una esternotomía, en este caso el equipo médico se ha inclinado por una técnica menos agresiva, en base a un sistema de circulación extracorpórea,
El dispositivo de asistencia ventricular (DAV) implantado, conocido como Heartware, es el ventrículo artificial de menores dimensiones que existe en la actualidad con un peso de 120 gramos y un coste aproximado de unos 100.000 euros. Consta de una bomba que se ancla en el vértice inferior del corazón y se conecta a la arteria aorta. Actúa sustituyendo la función ventricular mediante un mecanismo de flujo continuo que extrae la sangre del ventrículo izquierdo y lo bombea a través de una conducción hacia la aorta para que la sangre pueda distribuirse por todo el cuerpo.
A diferencia de otros aparatos similares, el ahora implantado está alojado dentro de la caja torácica y dentro del pericardio. La bomba está conectada a un controlador a través de un cable que sale a la altura del abdomen.
Este monitor recibe la alimentación necesaria para que la bomba funcione mediante la conexión de dos baterías o a un enchufe convencional. El controlador, que es portátil y pesa alrededor de 1,5 kilos, hace funcionar la bomba y también proporciona mensajes de texto y alarmas audibles.
Dos horas y media para una operación que ha contado con la colaboración de un equipo de especialistas en la materia de la localidad alemana de Hanover. La intervención se traduce en una mejora de la calidad de vida y la autonomía de la paciente, así como de su esperanza de vida, destacaron los doctores. El consejero de Sanidad ha confirmado que la técnica será incorporada progresivamente a los servicios sanitarios regionales con una estimación de entre ocho a diez intervenciones anuales.