medicina de familia
30 años en «comunidad»
Un médico más en Atención Primaria por cada 10.000 habitantes reduce un 5% la mortalidad
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Si hay una figura de la medicina a la que siempre se evoca con cercanía y ciertas dosis de cariño, sin duda esa es la del médico de familia, «de cabecera», como antiguamente se denominaba. Como ellos mismos se definen son la puerta de entrada al sistema sanitario de este país, pero además con el paso del tiempo han conseguido el reconocimiento de la especialidad tanto por parte de las administraciones como de la población.
«Este acto de celebración nos ha dado la oportunidad de analizar la vida de esta profesión que comenzó con profesionales que se desplazaban a cualquier casa o rincón de España donde se les necesitara, con una dedicación de 24 horas al día los 365 días al año», recuerda Fernando García, presidente de la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (SocalemFYC).
Actualmente han sido muchos los logros conseguidos para la profesión, «como el registro oficial de un historial clínico, a partir de los años 80, que es cuando se crea la especialidad como tal». Pero, «también somos testigos de un deterioro peligroso del sistema en sus pilares más básicos que son la gratuidad, la accesibilidad y la universalidad», afirma este joven médico.
La exclusión de algunos sectores de la población como los inmigrantes o aquellas personas en desempleo, «o quien sale del país para trabajar en otro y que pierde sus derechos de asistencia», son temas que preocupan a estos especialistas.
Seguridad sanitaria
«No hay que olvidar que dejar sin atención sanitaria a parte de la población, bien por la exclusión o por la imposibilidad de acceder por cuestión económica, pone en peligro toda la seguridad sanitaria del país», recuerda este profesional. O por el contrario, «que estas personas accedan al servicio por la vía de urgencias y que se incremente el coste de forma importante».
Además, desde esta Sociedad se reivindica que la readaptación de la profesión y su «ampliación cada vez mayor de la cartera de servicios en Atención Primaria, no se corresponde con los recursos que la Administración ha puesto a disposición tanto material como humana».
Sin embargo, García quiere destacar que los profesionales de Familia siguen esforzándose por dar una atención de calidad «intentando adaptar el tiempo y los recursos a nuestros pacientes, pero la crisis y la reducción de plantillas hace que en ocasiones sea imposible asumir las cartillas propias y las del compañero que está de baja o de vacaciones». La reestructuración de cupos ha generado que en el ámbito rural se hayan ajustado en favor de los centros de salud urbano, pero desde socalemFYC destacan que es necesario incorporar profesionales con plaza fija en el sistema, «ya que tenemos a muchos médicos que llevan más de 10 años trabajando con plazas de interinidad, lo que genera una situación de inestabilidad del propio sistema».
La base de la Sanidad es la Atención Primaria «y está demostrado que por incrementar en un médico de familia por cada 10.000 habitantes se reduce en un 5 por ciento la mortalidad», asegura el presidente de socalemFYC. No obstante, desde esta Sociedad reconocen la necesidad de un reajuste y mejora de la gestión de los recursos, «porque el coste de mantener nuestra sanidad precisa de que el ingreso de cotización sea importante».
Referentes formativos
Como sociedad científica de referencia, socalemFYC reclama a la administración sanitaria regional que se les tenga en cuenta como fuente de consulta científica y como formadores de los propios profesionales, «lo que hará que las garantías de calidad y profesionalidad sean las más elevadas en nuestra sanidad», comenta García, quien destaca la gran actividad de los más de treinta Grupos de Trabajo de socalemFYC y la elaboración de diez Guías de Atención Clínica, en estos 30 años.
«Actualmente estamos desarrollando formación online, a través de un convenio de colaboración con la Universidad de la Rioja, en el postgrado en Cuidados Paliativos y donde tenemos estudiantes de todo el mundo como Nicaragua o Perú», destaca García.
En cuanto al desarrollo de la profesión, Fernando García destaca las buenas relaciones actuales con la Consejería de Sanidad, «donde nos dan voz y donde se nos escucha», aunque reconoce que como médicos en activo les resulta complicado compaginar las laborales clínicas con las «burocráticas».
Una de las reclamaciones que desde esta sociedad se elevan con mayor fuerza es la desaparición de la figura del Médico de Área, «por vulnerar el principio y esencia básica de la medicina de familia, donde el profesional cuenta con un cupo fijo que permite garantizar un conocimiento y seguimiento continuo del paciente», y que con esta figura resulta incompatible por su propia definición, al estar rotando por diferentes centros de salud de forma indefinida.
Sólo el 40% de la plantilla de médicos de familia es fija, mientras que el sistema requiere de un mayor número, «ya que el 60% restante puede variar en número en función del momento». No obstante, unos de los problemas actuales es que en las últimas convocatoria de las plazas MIR es que algunas de las destinadas a medicina de familia quedan vacantes.
Desde socalemFYC barajan varios motivos, como el alto número de plazas ofertadas y la poca salida profesional que se les plantean dentro del sistema sanitario español y regional. García recuerda que gracias al trabajo de los médicos de Atención Primaria «sólo el 10% de las consultas llega a los hospitales y el uno por ciento a los servicios de urgencias».
«Contamos con los mejores tutores de Familia de España, pero debemos reconocer mejor su figura y regular, quizá a través de sociedades científicas, quiénes ejercen esa labor para garantizar que los residentes reciban la mejor de las formaciones», exige García.
La medicina de familia como asignatura obligatoria en las Universidades es una realidad muy reciente, «y es la mejor valorada por los propios estudiante donde tienen la oportunidad de, por ejemplo, explorar una rodilla, cosa que no hacen en traumatología».
Según el doctor García, «falta mucho en la formación en habilidades, en exploración física o en entrevista clínica», y para ello solicitan que la exigencia en méritos científicos para la docencia se limite, para que los propios médicos en activo a nivel clínico puedan desarrollar una formación mucho más práctica.