Una vez más...

Una vez más tengo la sensación de que el debate de presupuestos, el último del año, es el mismo de siempre. Los argumentos se repiten y hay pocas novedades que aportar al ciudadano. Es un hecho que las cosas van mejor, aunque no estamos en niveles de hace años. En la calle hay otro ánimo y la economía de muchas familias nota una tibia mejoría, algo que parecía que no iba a llegar nunca. Pero no es menos cierto que hay mucho camino por recorrer, que hay muchas personas, sí personas, que lo están pasando muy mal y a las que ya es imposible pedir más sacrificios.

La nefasta política de comunicación de un Gobierno incapaz de contarle nada a la gente, de saber lo que significa la palabra cercanía o el concepto de «pisar la calle», ha llevado a los ciudadanos a tener que afrontar sacrificios sin recibir apenas explicación, a caer en el pesimismo y a tener que soportar además casos de corrupción que han hundido a la clase política.

Esta situación causa malestar en el seno del PP y más ahora, en la que parece que ya hay motivos para la esperanza. Por eso la intervención de la consejera de Hacienda , Pilar del Olmo, ayer en las Cortes, aportaba cierta esperanza en el 2015 sin perder la obligada precaución ante un futuro cada vez más cambiante e incierto.

Las previsiones para Castilla y León el próximo año no son malas en el contexto actual y son un motivo para la esperanza, aunque sepamos que hay muchos puntos débiles y que no hay que olvidar servicios básicos como la sanidad que siguen creciendo en el gasto sin freno, lo que debería propiciar un sereno, riguroso, no partidista y de futuro. Pero tal y como están ahora las cosas en los partidos políticos, el diálogo parece un imposible y supondrá taparse los ojos para no querer ver. Así hay poco futuro.