entrevista
Lacalle: «Muchos se arrepienten ahora de no haber apoyado públicamente la obra de Gamonal»
El alcalde de Burgos se muestra orgulloso de la respuesta a la desgracia de Campofrío y recuperado del golpe tras paralizar el bulevar, se siente aún más respaldado por los burgaleses
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-Es un político con una dilatada trayectoria. Concejal, director general en la Junta, portavoz municipal en Burgos y ahora alcalde. Pero le ha pillado la crisis económica. ¿Le ha tocado bailar con la más fea?
-A todos nos ha tocado. Para todas las administraciones y las familias hay una situación de crisis que afecta. Es la situación más complicada desde que empezó la democracia
-¿Cómo se hace para buscar prioridades cuando no se puede llegar a todo lo que importa?
-Cuando comenzó la legislatura aprobamos un plan de ajuste en solo unas semanas para adaptar todo el Ayuntamiento a la nueva realidad. Cuadrar unos servicios de altísima calidad con Burgos a la cabeza de los servicios sociales de la Comunidad ha sido una situación muy complicada. A finales de 2011 no teníamos para pagar las facturas de los servicios prestados a la ciudad. En 2013 la situación comenzó a cambiar.
-¿Teme a Podemos?
-Tendrá su influencia, pese a que sus planteamientos son utópicos. Dicen lo que todos queremos oír, porque todos coincidimos en el diagnóstico, pero no aportan una sola idea práctica que resuelva los problemas. Aciertan en ese diagnóstico, pero no conocen el remedio. Afectará especialmente a los partidos de izquierda y no pensarlo sería vivir fuera de la realidad, se presenten con la marca Podemos o con otras.
-¿Y al PP?
-Es difícil que una persona del PP vote a la extrema izquierda.
-El PP no ha decidido todavía sus candidatos locales. Seguro que dirá que está a disposición del partido, pero, ¿con ganas de repetir al frente de la candidatura municipal o no?
-Me preocupa el mucho trabajo que queda para rematar. En algún momento te paras a pensar y miras al futuro, pero no le dedico más de dos segundos porque me ocupa y preocupa el trabajo de los seis meses de legislatura que quedan por delante. En febrero, como ha dicho la dirección nacional del PP, habrá que decidir. Yo trabajo muy a gusto en el día a día y con un buen equipo, pero hay que hablar con el partido y con la familia para tomar una decisión.
-Si pudiera volver atrás, ¿qué cambiaría del conflicto de Gamonal?
-Fue una de las muchas iniciativas de transformación de la ciudad que hubiera sido muy positiva y muchas personas se arrepienten ahora de no haber expresado en su día públicamente el sentido mayoritario de que era una mejora positiva y de que sólo se escuchara a algunas personas que estaban en contra, algunas de forma violenta, cuando muchos de ellos no eran de Gamonal. He sido el primer alcalde del PP que ganó unas elecciones democráticas en Gamonal y en ninguna otra zona de la ciudad percibo tanto cariño como en este barrio. En los últimos meses aún lo he notado más. La buena gente de ese barrio nada tiene que ver con la imagen de algunos radicales que en muchos casos nada tenían que ver con el barrio en lo que ocurrió en enero.
-Lo de la plaza de toros, con el movimiento que se formó en contra ¿Sabía que no era lo mismo? ¿Temió en algún momento que se repitiera y tener que dar marcha atrás?
-Y ha ocurrido con más obras de la ciudad. En Burgos tenemos un grupito anarquista radical al que le da igual el proyecto que se vaya a llevar a cabo. Es un grupo perfectamente localizado de cincuenta o sesenta personas que buscan cualquier excusa para sacar la violencia que llevan dentro y les da igual el proyecto.
-¿Por qué decidió rehabilitar la plaza de Toros a pocos meses de las elecciones y conociendo la contestación social que había en un grupo de ciudadanos?
-En esta ciudad llevamos décadas pidiendo un recinto cubierto. Es una ciudad de 210.000 habitantes que necesita un recinto amplio. Hemos apostado por reconvertir esa plaza de toros en un recinto polivalente para utilizarlo todo el año para actividades culturales, deportivas y de todo tipo con una inversión mínima de 5 millones, no con los 23 millones que se llegaron a plantear en su día. Las encuestas nos dicen que el 86% de la ciudadanía ve necesario ese proyecto. Había que actuar antes de las fiestas de San Pedro del próximo año y se decide cuando procede, no en función de cuando son las próximas elecciones.
-El incendio de Campofrío ha sido una desgracia, pero, ¿puede contribuir a mejorar la imagen de Burgos como una ciudad solidaria y moderna?
-Fue una tragedia y un mes después los burgaleses todavía no asimilamos que la fábrica no está. Sin embargo, el cierre de filas en la ciudad y el apoyo dentro y fuera de Burgos ha sido un valor importante dentro de la tragedia. En Burgos es difícil encontrar alguien que no tenga algún amigo o familiar en Campofrío y había que apoyar desde el primer momento y todavía sigue habiendo un contacto y reuniones en el día a día, que no parará hasta que haya una nueva planta de Campofrío en Burgos, que será la más competitiva y moderna del mundo. Se ha transmitido una imagen de solidaridad y apoyo pero también se ha dado a conocer la potencia de Burgos en el plano de la industria, porque es la capital industrial de Castilla y León.
-¿Debería cambiar Campofrío de polígono industrial e instalar su nueva planta en Villalonquéjar, estancado desde que comenzó la crisis?
-Que se instalara allí Campofrío tendría un efecto colateral positivo como polo de atracción de inversiones de otras empresas. Sin embargo, la decisión es de la empresa.
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