tribunales
Las acusadas del crimen de Carrasco volverán a declarar esta semana
María Montserrat González, su hija Triana y la policía Raquel Gago tendrán un careo el próximo viernes
La titular del juzgado de instrucción número 4 de León, Sonia González, ha citado de nuevo a declarar esta semana a las tres imputadas por el crimen de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, el pasado 12 de mayo.
La asesina confesa, María Montserrat González, de 59 años, su hija, Montserrat Triana Martínez, de 35, y la policía local de León Raquel Gago, de 42, comparecerán el próximo día 19 para someterse a un careo en presencia de la jueza, según han informado a Efe fuentes judiciales.
Previamente, el martes 16, volverá a declarar ante la jueza Pablo Antonio Martínez, padre y esposo de las dos principales imputadas e inspector jefe de la Policía Nacional, que ha ejercido durante los últimos diez años como comisario de Astorga (León).
Este policía, que ha sido trasladado a Gijón a petición propia, ha comparecido dos veces en el juzgado, donde ha insistido en que no podía ni haber imaginado el plan urdido por sus familiares para vengarse de Isabel Carrasco.
Isabel Carrasco fue abatida a tiros a las 17.20 horas del 12 de mayo en una pasarela sobre el río Bernesga cuando se dirigía a la sede del PP desde su domicilio en la avenida de la Condesa de la capital leonesa.
Cuando la Policía detuvo veinte minutos después a María Montserrat González y a su hija Montserrat Triana Martínez como presuntas autoras, la sorpresa fue mayúscula ya que se trataba de dos mujeres vinculadas al PP y que, además, eran esposa e hija de un comisario de Policía.
Tras negarlo todo durante las primeras horas, María Montserrat finalmente se derrumbó y reconoció ante los agentes que la interrogaban que había matado a Isabel Carrasco para vengarse de ella por haber despedido a su hija de la Diputación en 2011 y por cercenar su carrera política.
Cuarenta y ocho horas después entró en liza la tercera imputada, Raquel Gago, una policía local de León amiga íntima de Montserrat Triana, que entregó personalmente en la Comisaría el arma homicida y explicó que la había encontrado en su coche.
El sumario sostiene que, tras cometer el crimen, María Montserrat entregó al arma a su hija y se separaron momentáneamente.
La primera se dirigió a lugar donde habían aparcado su vehículo, una calle muy próxima, y Montserrat Triana fue a encontrarse con Raquel Gago para deshacerse del arma homicida.
La policía local insiste en su inocencia, afirma que fue utilizada por su amiga y reitera que desconocía lo que iban a hacer aquella tarde.
