cyl/corazón de león

Cuento de hadas

vicente Á. pérez

No son tiempos propicios para los cuentos de Navidad, ni de Calleja, ni de Las mil y una noches; ni, siquiera, de hadas. Hoy, lo que impera son los cuentos de un tal «Nicolasín», o los de los «chicos de la coleta» o los de los políticos devenidos en cuentistas, ésos de las cuentas del Gran Capitán, don Gonzalo Fernández de Córdoba, en tiempos de los Reyes Católicos: «Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados…». Si se cambian ducados por euros y al Gran Capitán por los políticos y empresarios hoy sumidos en la corrupción, salen las cuentas del cruento cuento que unos y otros han contado, durante años, a los inocentes ciudadanos. Y este cuento se acabó, han dicho estos ciudadanos, así como los políticos, empresarios y jueces de bien que aún quedan por estos lares.

En este panorama tan desolador como esperanzador, se ha escrito un cuento; sí, un cuento de hadas que se ha hecho realidad. Ha sido en vísperas de Navidad, como no podía ser de otra forma. Es un cuento de hadas, princesas y reinas, que tiene como protagonista a una muchacha, casi una niña, de sangre maragata-astorgana-leonesa, pese a su primera cuna en Oviedo. Salvando las distancias, el poeta leonés Antonio Gamoneda nació también en Oviedo, el escritor leonés José María Merino, lo hizo en La Coruña, y el político leonés Rodríguez Zapatero vio la luz en Valladolid. Y Ángela Salvadores es la princesa leonesa de un cuento que nunca leyó ni imaginó, pero que se ha hecho real antes de llegar a la mayoría de edad, o sea, en la adolescencia de sueños e ilusiones.

El pasado jueves, Ángela, la maragatina Salvadores, hija y nieta de los Salvadores de estas tierras leonesas, recogió de manos de la Reina Letizia el Premio Nacional Princesa de Asturias al deportista menor de 18 años más destacado por su progresión en 2013. El cuento parece de hadas, sí, pues al tiempo que Ángela se convertía en princesa del deporte, la Princesa se convertía en Reina. Y no hay colorín, colorado, pues la hoy princesa del baloncesto femenino español (sus 40 puntos anotados en la final del Mundial sub17 ante EE.UU. es la mayor anotación individual en la historia de la Selección) aspira a reinar en la elite mundial. Para que se entienda mejor: Ángela Salvadores lleva camino de ser Pau Gasol en versión femenina y leonesa. Y no es un cuento…

Cuento de hadas

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación