Marcos Martínez se niega a dimitir y complica aún más la situación del PP

Marcos Martínez se revuelve entre los barrotes de la cárcel de Navalcarnero, donde fue trasladado ayer tras «probar» tres noches la prisión de Soto del Real. Al parecer, está convencido de que puede seguir presidiendo la Diputación de León pese a estar privado de libertad. Sólo así se entiende su decisión de no renunciar al cargo que heredó en junio tras el asesinato de Isabel Carrasco ni al de alcalde de Cuadros, que ocupa ya desde hace años.

Su acto de rebeldía viene a complicar un poco más la situación que vive el Partido Popular desde que se desvelara el enésimo caso de corrupción en el que alguno de sus cargos está implicado. En el caso concreto de León, se mezcla la indignación con la sorpresa porque se daba por hecho -al menos hasta el viernes por la noche- que Martínez firmaría ayer mismo los documentos necesarios para proceder a un relevo que fuera al menos ágil para tratar de pasar página con algo de dignidad. Ahora, el escenario es otro y los populares de León, con Eduardo Fernández como presidente en funciones a la cabeza, prevén reunir mañana mismo a los diputados para que firmen la moción de censura que permita echar a Martínez del puesto al que se aferra pese a las contundentes y autorizadas voces que exigían que se alejara a la mayor brevedad del partido al que ha pertenecido en los últimos tiempos. Ni por esas.

A falta de conocer una explicación oficial de por qué se ha negado el sucesor de Carrasco a desprenderse de sus cargos -se especula sobre una nueva estrategia para su defensa-, de momento lo que ha trascendido es que el presidente mantiene ahora que si está en prisión es porque alguien le ha tendido una trampa. En esta nueva versión de lo ocurrido, Martínez implicaría al propio PP provincial y regional en lo que supone darle la vuelta al auto del juez que le envió a prisión. En él, Eloy Velasco aseguraba que el de Sariegos favoreció a sociedades vinculadas al empresario Alejandro de Pedro Llorca -también encarcelado- con el fin de que éste hiciera uso de su «red de influencias entre altos cargos del Partido Popular» para continuar como presidente de la institución leonesa. Y es que no era un secreto para casi que el aparato oficial del partido no quería que Martínez continuara en el cargo y tampoco le «apetecía» que se convirtiera en el nuevo presidente de los populares de León. Sin embargo, el también regidor ha trastocado los papeles de casi todos al dar la vuelta a la tortilla y denunciar una especie de «caza de brujas» contra su persona y que por este motivo habría acabado en la cárcel. Será en los próximos días cuando se sepa si mantiene lo que parece una nueva estrategia de defensa después de que a las pocas horas de su entrada en prisión únicamente trascendiera que había alegado ante el juez que no había cometido ningún delito ni firmado contrato alguno con el empresario citado.

Ahora hay que esperar a mañana para conocer si todos los diputados del Partido Popular firman la moción de censura que permita cambiar de presidente de la Diputación. En este sentido, hay que recordar que varios de ellos son afines a Marcos Martínez -más bien lo eran de Carrasco- y no se puede descartar otra «sorpresa» que no sería muy entendible por los ciudadanos. Ya en la reunión del pasado viernes hubo alguna diferencia de opinión entre los populares con sillón en el Palacio de los Guzmanes y los dirigentes populares, pero fuentes del partido aseguran que la situación no fue a más y que toca seguir adelante con la designación de un nuevo presidente.