arte
Catálogo de imprescindibles
Antonio López, Tàpies, Gordillo, Equipo Crónica, Arroyo, José María Sicilia, Broto o Palazuelo forman parte de la selección de fondos de la colección Iberdrola expuesta en el Museo Patio Herreriano de Valladolid
Esculturas de Oteiza y Chillida y un bodegón de Antonio López dan la bienvenida al visitante de «La piel translúcida». La selección de obras de la colección Iberdrola presenta así sus credenciales en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, para mostrar a continuación otras muchas creaciones de nombres imprescindibles en el arte contemporáneo español.
La misma sala 7 del espacio vallisoletano reúne obras de autores de referencia desde mediados del siglo XX hasta la actualidad: Antonio Saura, Antoni Tàpies, Luis Gordillo, Equipo Crónica, Eduardo Arroyo, José María Sicilia, José Manuel Broto, Pablo Palazuelo, Juan Uslé, Miquel Navarro… Hasta completar una nómina de medio centenar de pintores, escultores y fotógrafos.
Este resumen de la creación plástica surgida a lo largo de casi sesenta años viene a completar el discurso de la colección permanente del museo vallisoletano, que hasta la clausura de la exposición, el 11 de enero, mantiene la entrada gratuita -también para visitas guiadas- no solo a la muestra temporal, sino al conjunto de los fondos.
La colección que nació con denominación de origen vasco avanzó hacia una representación amplia del arte español contemporáneo y rompió las fronteras para acoger creaciones de artistas de otros países, presentes sobre todo en el apartado de fotografía.
La muestra, comisariada por Javier González de Durana, constituye un extenso repertorio de estilos, formatos, técnicas, materiales… que ilustran sobre los caminos recorridos por el arte desde la segunda mitad del XX y el comienzo del presente siglo.
Antonio López marca el inicio cronológico de «La piel translúcida» con «Bodegón a las afueras» (1957), una obra figurativa, pero que no responde al hiperrealismo más característico de su pintura. Rompe con el tono general de la muestra y, como explica el comisario en el catálogo de la colección, con «la tendencia moderna por antonomasia en aquella década», la del «deslizamiento, con mayor o menor profundidad hacia la abstracción».
Sí responden al sello más característico de sus autores el Saura presente en la muestra («Ariza III», un personaje al estilo de su «Brigitte Bardot»), al igual que la abstracción de Tàpies, el pop del Equipo Crónica, la investigación cromática de Luis Gordillo, la pintura de cera y óleo de José María Sicilia o las arquitecturas fantásticas de Pérez Villalta («Babel»).
La sala 6 del Patio Herreriano alberga el segundo capítulo de «La piel translúcida», el dedicado a la fotografía. También aquí se exhibe toda una variedad de estilos que, en algunos casos, muestran el acercamiento del género a lo pictórico.
La serie arranca con arquitecturas industriales de Bernd y Hilla Becher, a quien González de Durana atribuye «la normalización de la imagen fotográfica» en los museos, como una expresión artística más. Y continúa con un paisaje de su discípulo Axel Hütte («Island Fog»). En distintos aspectos de la naturaleza se detienen las aportaciones a la muestra de Hiroshi Sugimoto («Celtic Sea»), Gerardo Custance, Aitor Ortiz.
El componente humano de las fotografías de Robert Mapplethorpe (con dos imágenes de manos) conviven con varios motivos urbanos y arquitectónicos (de Gabriel Orozco, Thomas Struth, Begoña Zubero o José Manuel Ballester).
Entre las imágenes se cuelan esculturas «Hard Edge», de Asier Mendizábal, y «Prolongación vernácula», de Ibon Arranberri, la obra más reciente de la exposición. Fechada este mismo año, completa el recorrido por el arte contemporáneo desde mediados del pasado siglo hasta la actualidad.