corazón de león
Comienza el desfile
Si hay alguna Caja de Ahorros que esté libre de culpa, que levante la mano. Hoy el escándalo está centrado en la antigua Caja Madrid, como en su día lo estuvo en la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo). Ninguna de aquellas Cajas de entonces ha levantado la mano, pero la Justicia ha empezado a levantar las alfombras de sus sedes. Y, como no podía ser menos, la Caja España de estas tierras también parece que antaño fue nido de buitres estafadores y de políticos sin escrúpulos, así como la vecina Caja Duero, algunos de cuyos directivos compartían con otros de Caja España su afición a las prebendas. De momento, la presunción de inocencia impera, pero…
El desfile ante la Justicia ha comenzado para los banqueros y políticos devenidos en banqueros de estas tierras de Castilla y León. El pasado viernes, tres exdirectivos de Caja España y Caja Duero comparecieron en la Audiencia Nacional para justificar ante el juez Eloy Velasco la emisión de preferentes y deuda subordinada para capitalizar las entidades «a costa y en perjuicio a los clientes». Se defendieron, como es habitual, con el disparo hacia arriba, o sea, hacia el Banco de España y CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). Ahora, la bala la tiene el juez, quien va a examinar hasta la última huella, pues parece que, últimamente, los funcionarios de la Justicia se han puesto las pilas ante la indignación de una sociedad harta de timadores y especuladores.
Conocido el caso de las tarjetas «negras», o sea, las de «barra libre, que paga la Caja» que directivos y consejeros de Bankia-Caja Madrid utilizaban sin pudor alguno, a muchos fieles clientes de Caja España se le han abierto los ojos y ahora entienden aquellas enconadas disputas entre partidos, partiditos y sindicatos por nombrar tal o cual presidente y por conseguir un puesto en el Consejo de Administración. Y lo increíble entonces, no ahora, tras lo conocido en los juzgados, es que esos partidos, partiditos y sindicatos llegasen a un acuerdo entre abrazos que jamás se dieron en sus disputas municipales. Se repartían el pastel… y todos contentos. Cuando se sepan los sueldos, comisiones y prejubilaciones de la cuadrilla que durante años rigió la Caja de los ahorros de toda la vida, sus beneficiarios tendrán que agachar la cabeza cuando se crucen con el vecino víctima de las preferentes o con el ahorrador de toda la vida.
En León han hecho fama el comunista Moral Santín, que se gastó más de 450.000 euros en las tristes tarjetas «negras» de Caja Madrid, y el exalcalde socialista de León que se llevó 545.000 euros de prejubilación de Caja España-Duero tras trabajar dieciséis años como auxiliar administrativo. Son, como se suele decir, la punta de un iceberg en el que no hay partido ni partidito y sindicato que se salve por estas tierras. Es la hora de la Justicia.
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