noción personal
Sosa... caústica
Lo dijimos aquí desde hace mucho tiempo, pero claro, nadie va a reconocer a estas alturas que acertemos en nuestras observaciones y análisis. Cuando se señalan los errores, los borrones del que sale a la cosa pública; ahí sí que el mensajero es cercado y asediado por el supuesto ofendido. Con Sosa Wagner nos ha pasado siempre así. Un «bon vivant» desde siempre y que, también siempre, acaba como el rosario de la Aurora. Mal.
Estos días el leonés fue destituido en su cargo de número uno y máxima confianza en Europa por UPyD, o lo que es lo mismo, por su líder Rosa Díez. Ambos tienen en común su filosocialismo, por mucho que ahora ya no militen con cargos en el PSOE. El profesor universitario asesoró mucho y tuvo cargos en etapas felipistas, amén de ser uno de los tutores y pupilos docente y políticamente de ZP en la Universidad de León. Con fama de erudito, dando brillo al apellido Wagner que queda muy molón en provincias; con su pipa y sus pajaritas se ganaba la sonrisa de las alumnas, que dicen de él es un tertuliano de primera. Anécdotas de una larga buena vida tiene mil, como el número de anécdotas narran quienes le llamaban para una conferencia, un premio, una cena. «Te pasa la cuenta del hotel, del viaje y hasta de la mínima dieta», comentan alcaldes de pueblines, presidentes de asociaciones culturales progres y periodistas con quienes se ha enfrentado por cualquier tontería. «No le puse bien un acento de su columna y me insultó llamando también al director», narra el redactor local tembloroso. Ya saben, Francisco sin Don, sonrisa Profiden de puertas afuera, megalómano impasible por dentro. ¿Cuánto iba a durar en su papel de político europeo cual mirlo blanco inmaculado con todo lo que guarda en sus bolsillos de americanas de pana de marca?
Coincidí brevemente con Maite Pagazaurtundua en Antena 3 , programa de Susana Griso, hace unos meses. Ya por entonces decir León era provocar temor.