religión
La beatificación de Álvaro del Portillo reunirá a 4.000 castellano y leoneses
Hasta 45 autobuses partirán hacia Madrid desde diferentes puntos de la Comunidad

Más de 4.000 castellano y leoneses, de ellos mil jóvenes, acudirán a Madrid para asistir a la beatificación de Álvaro del Portillo -el que fuera sucesor del fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer- que se celebrará el sábado en Valdebebas. Un total de 45 autobuses, según fuentes de la Prelatura en la Comunidad, saldrán de diferentes puntos de Castilla y León para encontrarse en una ceremonia en la que se darán cita más de 150.000 personas. A los desplazados en autobús hay que sumar los que se trasladarán por sus propios medios, si bien algunos de ellos, como los grupos de voluntarios, empiezan ya a llegar a la capital de España.
La beatificación de Álvaro del Portillo ha motivado la realización de una serie de actividades, conferencias, recogida de alimentos o la exposición de fotografías que ha recorrido Burgos, Palencia, León, Salamanca y Valladolid, para cerrar su periplo en la localidad vallisoletana de Cigales. Está localidad está especialmente vinculada con el que será nuevo beato de la Iglesia, ya que el 11 de enero de 1939, Álvaro del Portillo llegó a Cigales, destinado como Alférez Provisional, para mandar una compañía del Arma de Ingenieros. Fue precisamente aquí donde San José María comenzó a apoyarse en el que años después sería su sucesor al frente de La Obra. También estuvo por la provincia de Zamora en agosto de 1943, en un viaje que realizó para visitar a algunos jóvenes que entonces hacían las milicias universitarias en el campamento de La Folguera.
El cercano fallecimiento, en 1994, de Álvaro del Portillo hace posible que haya convivido con no pocas personas que dan testimonio de su obra. Es el caso del vallisoletano Santiago Romero, quien durante cinco años pudo compartir con en él en Roma tiempo y experiencias. Su primer contacto se produjo en Valencia, en 1972, en una casa de convivencias y en presencia de San Josemaría. Con 22 años Romero recuerda cómo los jóvenes estudiantes se afanaban por acompañar al fundador del Opus Dei, mientras Álvaro del Portillo caminaba detrás en soledad. Cuando varios de ellos se vieron en la obligación de caminar a su lado, el futuro beato fue claro: «Acompañad al padre». Santiago recuerda que «esa era siempre su actitud, porque él no aparecía, y a pesar de ser un hombre de extraordinarias cualidades actuaba con humildad y sencillez». También tiene la imagen de una persona de 78 años que no se deja abatir por el cansancio a la hora de más calor en Roma y mantiene viva la conversación para demostrar que «tú eres el importante y hay que tener tiempo para otras personas».
Santiago Romero estará en sábado en Valdebebas para asistir a la beatificación de quien para él es «un hombre muy humano, que supo amar con todas sus fuerzas a la Iglesia, haciendo el Opus Dei y unido totalmente a San Josemaría». Su legado es muy amplio, pero baste el ejemplo de la ONG Harambee, que desarrolla su trabajo en África, o el Campus Biomédico de Roma.