CONFIESO QUE HE PENSADO
Crecer y algo más
El término medio es la mejor solución, la fórmula ideal para lograr que convivan a un tiempo el desarrollo económico y el bienestar de los ciudadanos
QUE algo es mejor que nada es cierto casi siempre, pero también lo es que con poco difícilmente se puede vivir de forma digna. En un modelo económico donde el crédito se ha convertido en el compañero inseparable de todo ciudadano, la calidad de vida depende en buena medida de la estabilidad laboral, y cuando esa estabilidad es tan frágil como la existente en las Islas, parte de la población se ve abocada a malvivir en un océano de imprevisión, desesperación y, en definitiva, infelicidad.
La cifra que adelantaba hace unos días este periódico , que cada mes se registran en el Archipiélago más de 18.000 contratos de menos de un mes de duración, supone una buena noticia desde el punto de vista macroeconómico, pero resulta preocupante desde una vertiente individual si nos atenemos a la importancia que conlleva para cualquier individuo y cualquier familia el hecho de contar con una cierta seguridad.
Los contratos de corta duración forman parte de toda economía desarrollada y obedecen a una realidad del mercado de trabajo. No pocas empresas necesitan trabajadores durante unas semanas determinadas, durante unos días o, incluso, durante unas horas, y dar respuesta a esa demanda es bueno para todas las partes: para quien contrata y para el contratado. Pero en las economías desarrolladas esas modalidades de contratación se circunscriben a unas determinadas actividades y tramos horarios y, al mismo tiempo, conviven con contratos de larga duración.
El reto de las Islas, y la responsabilidad de la Administración, los empresarios y los sindicatos, es lograr el necesario equilibro entre las necesidades del mercado y la fuerza laboral, porque a la larga el logro de dicho equilibrio será la base de la recuperación. Un sistema que oferte contratos amoldados a una demanda real de servicios por parte de los clientes y consumidores se convertirá, de hecho se está convirtiendo, en un importante avance para Canarias, pero de nada serviría si de forma paralela no creciese y se consolidase un cuerpo de trabajadores que gozase de una situación estable y, por lo tanto, contase con la opción de realizar compras a largo plazo. Nada mejor para fortalecer la economía.
Como casi todo en la vida, el término medio es la mejor solución, la fórmula ideal para lograr que convivan a un tiempo el desarrollo económico y el bienestar de los ciudadanos, dos fenómenos tan ligados que a estas alturas el principal reto de esta autonomía no es solo crecer, sino hacerlo de forma racional, sin olvidar que la economía está al servicio de las personas.
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