impertinencias liberales
La plaga del sincorbatismo
Si querían llamar la atención, lo han conseguido; queda por ver que sea el tipo de atención que buscan
Ya sería mala suerte que la única aportación notable del podemismo sea la falta de respeto institucional y la degradación de las más básicas normas de comportamiento comúnmente aceptadas. Saltarse el protocolo, ignorar símbolos y alterar el significado clásico de tradiciones puede parecer gracioso en un desarrapado convertido en musa de las tertulias televisivas, pero inaceptable en un cargo público electo.
Lo curioso es que las más elementales normas de urbanidad resultan respetadas por los partidos alter institucionales, es decir, los de Podemos y sus diversas marcas. Desde el Kichi a los concejales y consejeros que en las islas son, es decir, los genuinos antisistema no desentonan y los que se empeñan en desmarcarse vienen a ser aquellos otros que forman parte de los partidos tradicionales (o casta).
Conste que nada habría que decir si el asunto se limitase a sus asistencias al parlamento disfrazados de lo que consideren, así sucede en sedes donde —a pesar de la representación— están entre iguales y a nadie más pueden ofender. Pero el asunto varía cuando deciden acudir a actos a los que son invitados y donde se presentan como si fuesen a una chuletada o asadero . Lo que podría parecer un descuido empieza a ser plaga.
No hay como observar algunos actos recientes para darse cuenta de la impostura subrayada antes de que sea tarde. Carlos Alonso decidió no usar corbata en la entrega de los premios Taburiente otorgados por el Diario de Avisos, cuando hasta su anfitrión, Lucas Fernández, la llevaba. Alonso debía entregar un premio en casa ajena y alguien debió aconsejarle look casual . Descartado que fuese el anfitrión —los demás invitados la llevaban—, tampoco pareció tener los reflejos suficientes para corregir la desconsideración.
Unos días después, el presidente Clavijo apareció en un acto en el Hotel Santa Catalina sin el correspondiente adminículo al cuello, desairando a los asistentes, miembros de la APD. Idéntico escenario, probablemente los mismos invitados y distinto organizador aunque la descortesía de Clavijo se repitió. ¿Se puede saber qué lleva en la mochila? ¿No hay sitio para una corbata?
El último ejemplo lo propició hace unos días, en otra conferencia, el viceconsejero de Empleo y Emprendeduría del Gobierno de Canarias, Rafael Yanes , que no solo compareció con vaquero y sin corbata , también con unos llamativos colores imposibles incluso para el mismísimo Xavier Sala i Martín. Si querían llamar la atención, lo han conseguido; queda por ver que sea el tipo de atención que buscan.