Cinco pueblos con encanto para perderse por las Islas Canarias
Aunque podrían ser muchos más, esta selección insuficiente propone rincones que lucen por su belleza natural o su peso histórico
Actualizado: GuardarAunque podrían ser muchos más, esta selección insuficiente propone rincones que lucen por su belleza natural o su peso histórico
12345Garachico (Tenerife)
La villa histórica de Garachico fue antaño el principal puerto de Tenerife. En la actualidad forma, con Buenavista y Los Silos, la conocida como «isla baja», un precioso lugar repleto de monumentos y construcciones de interés artístico, como las iglesias de Santa Ana y Nuestra Señora de los Ángeles, los conventos de San Francisco y Santo Domingo, y el castillo de San Miguel. Una buena oportunidad para visitar y conocer la villa es durante la festividad de San Roque, declarada de interés turístico nacional y que se celebra con una popular romería.
Betancuria (Fuerteventura)
Antigua capital de la isla de Fuerteventura, Betancuria posee un centro histórico presidido por su iglesia-catedral. Fundada a principios del siglo XV por el francés Juan de Bethencourt, Betancuria conservó la capitalidad de la isla de Fuerteventura hasta 1834. Ello permitió que, desde su origen, la ciudad se convirtiera en centro político, administrativo y religioso de toda la isla. La iglesia-catedral de Santa María de Betancuria, con su retablo barroco y un rico artesonado mudéjar, o la ermita de San Diego merecen una visita, así como la iglesia conventual, que formaba parte del que fue primer convento franciscano de Canarias. Asimismo, merece la pena visitar el Museo de Arte Sacro y el Museo Arqueológico y Etnográfico, ambos con interesantes colecciones de gran valor histórico.
Chipude (La Gomera)
Hablar de Chipude es hablar del corazón de La Gomera. Basta decir que el municipio que lo alberga, Vallehermoso, incluye buena parte del Parque Nacional de Garajonay, declarado Patrimonio de la Humanidad por su riqueza natural, materializada en los bosques de laurisilva. El municipio cuenta, además, con otros espacios protegidos ideales para la práctica del senderismo, entre ellos los monumentos naturales de Roque Cano, Los Órganos, el Lomo del Carretón y La Fortaleza, un accidente geográfico que recibe su nombre por sus paredes rocosas y cima más o menos plana, asemejadas a un baluarte.
Moya (Gran Canaria)
Si con frecuencia se dice que Gran Canaria es un continente en miniatura, de Moya puede decirse que condensa en un solo municipio toda esa variedad existente en la isla, desde las playas en la costa a los pueblos y explotaciones ganaderas de altura, pasando por los pueblos de medianía y lo exuberante de la vegetación que encontramos en Los Tilos de Moya. En el casco, que se yergue imponente frente a un barranco, merece una visita la casa natal del poeta Tomás Morales, donde se conserva y expone una amplia colección patrimonial que agrupa el fondo documental del poeta, la biblioteca y una rica y variada colección pictórica ligada a la figura del máximo exponente del Modernismo Español.
Femés (Lanzarote)
Esta antigua aldea a 450 mts de altura fue fundada en sus orígenes como lugar de guarida para los piratas. Hoy, Femés es un bonito rincón de la isla de Lanzarote, con sus construcciones de blancura perfecta y sus campos y montañas de tierra roja, rojísima. Albergaba en su casco la catedral de San Marcial del Rubicón, que fue destruida por piratas ingleses en el siglo XVI. El laureado literato canario Rafael Arozarena situó aquí su novela «Mararía», llevada al cine con la lanzaroteña Goya Toledo, Iain Glen y Carmelo Gómez.